23 de enero de 2007
Recolectando fresas y sueños...
Mientras los emigrantes, con manos de sudor, recogen los frutos rojos de la oportunidad de su vida; yo vivo en un sueño que sueña con un techo de fresas rojas y sensuales...
Me invitan a prolongar el placer de la roja vista, mientras ansío saborear el fruto aún prohibido...
La placidez de su frescor tiene ojos que me miran, ácidos sabores que me provocan,voces que me llaman; me recuerdan que el tiempo de soñar siempre acaba despertándome con dos pequeños montículos sembrados, a punto de parir una boca de fresa.
Mientras, los emigrantes siguen recolectando el rojizo fruto que va dando vida a mi sueño y a sus nuevas realidades.
Cuando despierte, el fruto prohibido ya estará permitido para las bocas de todos.
Gracias al esfuerzo de muchas manos que lo hicieron posible en esta fría época de recolección...
Lo compartió con vosotros
Isabel
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Etiquetas:
Ficciones
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4 comentarios:
Lo malo de los frutos prohibidos es que solo uno no es suficiente..
Saludos
como me gustan las fresas....
Besitos
.. a veces solo "jalamos" y no somos conscientes de los dolores de riñones que otros han tenido que pasar a la interperie..
.. saludos
Por cierto, que todos somos enmigrantes, en un sentido y otro.
Y como dicel el poeta de las colinas "no sabemos el esfuerzo".
Por cierto que todo lo prohibido o da placer o engorda ¿por que será?
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