8 de enero de 2007
Viejos compañeros
Ellos no sólo caminaron conmigo, sino que me acompañaron.
No quise nunca tanto a unos compañeros de viaje como a esta pareja.
Llenos de experiencia, fuimos aprendiendo juntos la dureza del camino, el lento caminar por blandas arenas, escalamos altos cerros, cruzamos viejos y nuevos puentes, descubrimos urbes y poblados.
Sufrimos lluvias torrenciales y calores infernales, heladas, granizos y tormentas.
Nunca se apartaron de mí; allá donde yo iba, ellos me acompañaron sin condiciones, me soportaron y me llevaron hasta buen puerto.
Cada jornada consiguieron aliviar mis pasos cansados y fueron protectores incondicionales; siempre logramos volver a casa indemnes.
Hoy me despido de ellos, nunca más volveremos a recorrer el mundo juntos; ya empiezo a sentir nostalgia de su parejo caminar junto a mí y creo que me costará mucho tiempo volver a encontrar una compañía como la vuestra, mis viejos compañeros.
Ya no volverán a dar un paso más conmigo estos viejos zapatos míos...
Lo compartió con vosotros
Isabel
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Etiquetas:
Ficciones
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3 comentarios:
Hay un dicho muy salo andaluz ... Ay, te quiero más que a unos zapatitos viejos!
El escrito maravilloso, el final inesperado.
Con cariño
Hay amores que nunca se olvidan... y cuanto cuesta llenar ese hueco que dejan!!! Suerte con los nuevos... las nuevas generaciones ya no son tan complacientes...
Lo nuevo siempre duele, pero es ley de vida: nada sustituye a nada, todo complementa.
Salud!
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