9 de febrero de 2007

Marionetas rotas

En estos últimos días he estado reflexionando sobre los límites que un ser humano es capaz de soportar...
En el fondo todos estamos preparados para superar los diferentes problemas o sucesos que se nos vayan presentando; nadie, creo yo, viene desde su nacimiento con unas características superiores en ese sentido.



El propio desarrollo de nuestra personalidad y las circunstancias personales, emocionales y sociales que nos afectan son los influyentes básicos que nos hacen ser más o menos vulnerables ante la adversidad.
Realmente nunca sabemos cuánto somos capaces de soportar hasta que no tenemos ocasión de vivir alguna situación límite; por lo tanto no podemos hacer elucubraciones sobre ello.

Sin embargo, casi todos hemos sido testigos de algún caso específico en el que nosotros mismos o algún conocido ha tenido ocasión de experimentar algo parecido.
En algunos casos unos se enfrentan con valentía, asumiendo todo lo que puede significar esa actitud y viviéndola de manera que la podríamos calificar de cierta serenidad; mientras que otros acaban padeciendo una profunda depresión que, en algunos casos, llega incluso al suicidio.

No podemos saber qué ocurre exactamente en nuestra mente bajo una intensa presión emocional; pero si, como ya he dicho, podemos ser testigos de sus consecuencias externas.
Con todo esto quiero resaltar que cada cual es libre, evidentemente, de tomar la actitud que crea ser capaz de sobrellevar, pero me apena saber que existen personas que solamente encuentran una opción ante los problemas, la derrota final: la muerte.

Siempre acaba uno pensando si estas circunstancias están provocadas por un tremendo fallo en las relaciones y la comunicación o, por el contrario, es una toma de decisión completamente consciente, sin que sea provocada por agentes externos de algún modo.
Yo, al menos creo que una persona que pueda hallar, por lo menos, una salida no sería capaz de tomar una decisión tan terriblemente drástica, como es el suicidio.
No estoy diciendo que, en un caso como éste, la responsabilidad de tal hecho recaiga exclusivamente sobre el entorno de la víctima; simplemente, que de manera un poco crítica en general, pienso que son nuestras actitudes con los demás las que, de alguna manera, ejercen una presión y un efecto sobre ellos; y es en esas actitudes en las que, de una manera activa, sí podemos actuar e influir en nosotros mismos, provocando con ello un cambio positivo.

Ya de por sí, el ritmo que la vida nos impone es excesivo, así que podríamos intentar ser más comunicativos y estar siempre más accesibles, en ese sentido, con los que nos rodean; no sea que lleguemos a averigüar, desgraciadamente, dónde estaban los límites de esas personas.
No nos convirtamos en una fuente más de presión emocional que acabe transformando nuestro entorno personal en un triste teatro de marionetas rotas.

8 comentarios:

ahhh dijo...

La vida es dura, incluso pueda parecer que llevamos una vida "fácil".
Y hay que saber ser muy fuerte para hacerle frente cuando es necesario. Todos somos vulnerables, y eso, en el fondo, es positivo, porque quiere decir que no somos de piedra, que las cosas nos afectan y nos hacen sentir (aun cuando pueden llegar a destruirnos).

Interesante reflexión...

Anónimo dijo...

No crees que también hay factores físicos que también son determinantes para esa depresión y llegar a ese punto final? al menos dice Eduard Punset... es esa combinación entre lo físico, la química de nuestro cerebro...y el entorno, esa conjunción hace que se termine desencadenando el fatal desenlace.
Aunque estoy muy de acuerdo contigo, tal vez deberíamos saber comunicarnos con la gente que queremos, no esperar a que nos pidan ayuda, tal vez ni sepan, ni quieran.... en ocasiones vamos tan deprisa, que nos nos fijamos en la mirada, en la entonación, en la falta de ilusión de esa persona.... bueno, es mi opinión simplemente.
Un besazo guapaaaaaaa

LlunA dijo...

Siempre hay una salida, siempre hay algo mejor que dejarse morir y dejar así como si de un regalo se tratara el peso de tus propios problemas y de tu propia muerte sobre aquellos que te quieren y a quienes quieres...
La vida puede ponerte los pies sobre caminos difíciles, hay que aguantar y salir!!! pero es cierto que no todos tenemos el mismo aguante...

Anónimo dijo...

Dependiende de tantas cosas que la misma situación sea totalmente distinta... hay quien se toma una cerveza y se emborracha, y hay quien se toma 10 y se queda tan fresco...

No creo que sea un tema que se pueda generalizar, pues cada persona es un mundo y como tal, totalmente distinto... incluso en cada uno de nostros, hay momentos que parece que el mundo te ha vencido, y al día siguiente, estás convencido de que eres tú quien ha vencido al mundo... y nada, absolutamente nada, ha cambiado...

:-)

Anónimo dijo...

El ser humano es el ser con mayor capacidad de adaptación tanto al medio como a las diversas circunstancias emocionales que le circundan, pero también es el único capaz de convertirse en marioneta de sí mismo haciéndose vulnerable ante lo más nimio....curiosa ésta dualidad!!:)

Isabel dijo...

Ahhh: Tú lo has dicho bien,todos somos vulnerables,eso no podemos cambiarlo,pero sí podemos intentar no presionar más de lo que nos presiona la vida, ya de por sí¿verdad?
Un saludo.

Anónimo :
Sabes que se dice "mens sana in corpore sano",todo está relacionado;lo interno y lo externo,los físico y lo emocional.Todo contribuye a la hora de provocar una depresión,lo importante son los factores que tenemos a mano para poder salir de ella,la ayuda cercana; y sobre todo sacar voluntad de donde apenas exista.
A veces nuestra vida o la de los que nos rodean se convierte en un grito que nadie oye,conviene estar atentos.Un besazo para ti tambien,guapa... ;-)

Buho: todo varía de una persona a otra,eso nunca lo pondría en duda,pero sí pienso que tenemos mucho que ver,en muchas ocasiones, con las tensiones que provocamos los demás.Tal vez si nos pusiéramos de vez en cuando, en el lugar del otro,cambiarímos nuestra actitud.Seríamos más sensibles con nuestro trato.Un poco de más atención nunca viene mal a nadie.
Que pases un buen fin de semana,amigo.

Glauca: llevas razón;pero aún hay circunstancias que nos pasan tan desapercibidas como el daño que podemos estar haciéndole a los otros.Un poco de más tacto,atención y cariño entre todos,quizás nos libra de mucho dolor...
Yo nunca me canso de intentarlo,al menos....Un beso y gracias por tu visita.:-)

Isabel dijo...

Lluna: cuando las cosas van mal, a veces no es facil ver todo con tanta claridad,por eso creo que podíamos estar atentos a las señales que emitimos,a las llamadas sin voz que emiten algunas personas que no saben pedir ayuda de otra forma.
Si no tuvieramos siempre tantas cosas y tanta prisa sería mas facil darnos cuenta de todo esto, que pasa inadvertido muchas veces.Un beso.

poca luz dijo...

...y si alguna vez se me cruzó (fugaz y certera)la idea de la muerte nadie como mercedes sosa para reconsiderarlo.