5 de febrero de 2007

Un día de nervios ( 1ª parte)

Entre tanto bullicio en la casa apenas sentía tranquilidad para darse los últimos retoques; todos deambulaban con prisas para estar a punto para la ceremonia.
La boda era a las siete y ya quedaba muy poco tiempo.
Ella no era de las que le gustaba hacer esperar a nadie, menos el día de su boda.
Mientras terminaba de vestirse, su hermana parecía más nerviosa que ella.



A pesar de su avanzado estado de gestación no dejaba de darle los últimos toques en el traje de novia; deseaba que su hermana pequeña fuera perfecta el día de su boda.
Bromeaban entre ellas porque temían que con tanta aceleración el cercano parto pudiera comprometerlas en un día tan entrañable para ambas.

Mientras los minutos discurrían, ya estaba todo preparado para entrar al auto que la llevaría hasta la iglesia, donde después de bastantes años, por fin se realizaría su sueño.
Los familiares y amigos esperaban la llegada de la novia, mientras el novio, bañado por un calor interno y externo, sólo podía tragar saliva una y otra vez ante el paso decisivo que estaba a punto de dar...
Todo a la hora indicaba, todo tal y como lo habían previsto...

Fue una ceremonia emotiva para todos los asistentes que conocían a los novios, tras tantos años de noviazgo por fin hoy se cumplían sus deseos.
Pasado un tiempo, los novios, ya convertidos en marido y mujer, caminaban por la alfombra roja de la iglesia, rodeados entre sonrisas y felicitaciones; como si se tratase de una alfombra mágica que los transportaba hacia el País de la Ilusión.

Todos estaban felices, ahora mucho más tranquilos, porque las cosas iban saliendo a la perfección.
Les esperaba una larga noche, desde hacía tiempo deseada, de celebración junto a todos sus seres queridos.

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