17 de mayo de 2007

Iguales pero distintos...

Nadie camina por la vida sin cicatrices; no se ha inventado aún una máquina de exploración que deje a la vista todas las cicatrices emocionales y psicológicas que llevamos marcadas en nuestro interior.

Si llegara ese día en el que todos pudiéramos ver con total claridad lo que hemos sufrido o estamos aún padeciendo es posible que nos diéramos cuenta que no nos diferenciamos tanto unos de otros; al menos yo soy de las que piensan que las apariencias casi siempre nos engañan…

En realidad uno no es sólo lo que ve de sí mismo, físicamente hablando; lo más importante y lo que nos hace ser persona es, precisamente, lo que no pueden ver los demás: nuestra mente, nuestros sentimientos ocultos…

Es tan importante este aspecto que no somos capaces de vernos tal y como somos sin tener la necesidad de sentirnos reflejados, de algún modo, en los demás; confrontando la imagen que tenemos de nosotros mismos con la imagen que tenemos de los demás.

A veces creo que somos, en parte, ese cúmulo de rasgos que no nos gusta ver en los demás; tal vez porque nuestro subconsciente reconoce en todos ellos esa parte de nosotros que no identificamos con nosotros.

Seguramente si representáramos visualmente nuestro nivel emocional con una curva estadística obtendríamos líneas de subida y bajada irregulares, sería sorprendente pensar que alguien pudiera estar representado por una simple línea recta…

Hallamos diferencias con los demás casi a diario, sin embargo, nos sorprendería descubrir que no somos tan distintos unos de otros; pero ocurre que, por desconocimiento, seguimos empeñados en ver simplemente nuestras absurdas apariencias…
Sobre todo cuando lo más importante está en nuestro, casi siempre descuidado, aspecto interior…
No somos tan distintos por dentro,ni sentimos tan diferente.
Sólo hay una "pequeña" cosa que es evidente: nos miramos mucho, pero nunca aprenderemos a vernos...


11 comentarios:

Fallarás dijo...

Hola, soy Cristina Fallarás, gracias por citar mi artículo hace unos días.

Beso.

Isabel dijo...

Primero me quedé sorprendida,
después sentí alegría,un poco más tarde satisfacción y ahora estoy totalmente agradecida porque hayas tenido la amabilidad de pasarte por mi "rincóncito".
Muchas gracias, Cristina,ha sido un verdadero placer encontrarte hoy aquí.
Un beso.

ahhh dijo...

Nos parecemos todos tanto que nos asusta reconocernos en aquel que creíamos nuestro enemigo....

Isabel dijo...

Rafa,sentir miedo de vernos reflejados en alguien que nos creemos que no se nos parece es el primer síntoma de que ya reconocemos nuestro parecido,de alguna manera...
Espero que no te abrume el trabajo,amigo...
Un beso grande y buenas noches...

Maple dijo...

Aquellos que estan tan obsesionados por la apariencia externa, será que intentan encubrir de alguna manera lo que consideran como indeseable en sí mismos?

Un beso y gracias por traer este punto de reflexion.

Anna.

Isabel dijo...

Anna,evidentemente deberían valorar la enorme paz que se siente cuando se disfruta de un rico e intenso mundo interior también...
Como el tuyo,por ejemplo...Un abrazo,amiga.

Alberto López Cordero dijo...

Totalmente cierto. Nos buscamos y buscamos pero jamás nos encontramos a nosotros mismos. Si acaso, con los años descubrimos el niño que fuimos, el ya algo lejano y añorado adolescente y supongo que dentro de unas décadas tal vez veamos nuestro momento actual con un poco de la objetividad propia de la que carecemos. Saludos, me ha encantado el post.

Hanna dijo...

Gracias a Dios que no se a inventado aún una máquina de exploración que deje a la vista todas las cicatrices emocionales y psicológicas que llevamos marcadas en nuestro interior, por que sino tenia que gastar millones en cirugías plásticas, y no me da la gana.
Que se queden las cicatrices que aún consigo vivir así y el día que no, luego pensare, pero la maquina que no se invente por favor.
Besitos

Isabel dijo...

Alberto,todavia estamos a tiempo de cambiar, ¿no crees?Es posible,pensemos que así debe ser...Yo, al menos, pongo lo que puedo de mi parte; cada cual que se mire como cree que debe mirarse,con suerte y constancia podemos acabar mirándonos y reconociéndonos.
Me alegra tu paso por aqui,nos veremos más, espero...Un abrazo.

Hanna, seguramente tal y como estás ahora yo te vería fantástica,por dentro y por fuera,amiga... ;-)
Un gran abrazo.

thoti dijo...

.. creo que mirándonos a nosotros mismos con justici,a deberíamos contemplar siempre los dos platillos de la balanza.. ¡hay tantas cosas hermosas que nos han dado felicidad!.. heridas y felicidad.. dos partes de nuestras vivencias, que guardando un sano equilibrio, nos ayudan a seguir caminando sin vencernos y terminar haciéndonos daño..

Isabel dijo...

Siendo justos con nosotros mismos,Thoti,siempre deberíamos vernos tal y como somos en realidad,por dentro y por fuera,pero ¿quién lo consigue?
No hay fórmulas mágicas para eso que parece tan fácil y sin embargo es algo tan complejo,amigo.Un beso y gracias por tus visitas.