22 de mayo de 2007

¡Pégale,pégale...!

Seguramente, si hoy tuviera que volver a asistir a clase seria víctima de algún acoso; porque fui una niña bastante insegura y con baja estima, pero eran otros tiempos y me libré…
Pero hoy podría ser mi hija la que lo sufriera, o la hija-o de cualquier otro y no estoy dispuesta a tolerarlo y quedarme callada leyéndolo, viéndolo, sabiéndolo…
Pero, ¿qué está pasándonos. ¿Qué se nos está aletargando cada día, qué clase de animales andan sueltos por ahí con nuestra propia sangre?

No puedo llegar a entenderlo, porque ninguna de las protagonistas de esta lamentable noticia han sido obligadas a hacerlo; lo más doloroso: que ha sucedido por propia decisión, voluntad y deseo.
No pueden alegar defensa propia, porque no se estaban defendiendo, todas contra una sola y, como en una vulgar pelea, todos los demás en coro animando tal actuación…
Imagino sus risas, su satisfacción, su ego por las nubes…
Dantesco, terrorífico, inaceptable.

No busquemos excusa, ni justificación, porque no la tiene.
Las causas deben ser muchas y muy probablemente tengan que ver con la responsabilidad educativa de todos y cada uno de nosotros, que de una manera u otra aportamos nuestro grano de arena.
Unos con la permisividad, otros con la ignorancia, la pasividad, la indiferencia y muchos con la irresponsabilidad.

Esta costumbre que sentimos ya hacia la violencia, venga de donde venga, nos inmuniza y a la vez nos ataca la faceta más débil del ser humano, la sensibilidad.
Hace que nos volvamos insensibles, que cada día le demos menos importancia a cualquier noticia de este tipo, a menos que suceda en nuestra ciudad, barrio o calle; o que tengamos la desgracia de que nos afecte personalmente.

Nos sentimos abrumados, acobardados o tal vez es que miramos hacia otra parte, ésa que sentimos con placidez a nuestro alrededor mientras todo nos vaya bien a nosotros.
Somos capaces de pensar que el problema no es nuestro y, sin embargo, a todos nos incumbe.
Siento una vergüenza extrema y a la misma vez un dolor agudo muy intenso.
Pero, claro, es simplemente un nuevo caso de acoso y violencia escolar.
Cosas de chicos…

11 comentarios:

Acarillum dijo...

Es totalmente cierto que la responsabilidad es de cada uno de nosotros, los niños se limitan a copiar lo que ven hacer a los mayores y si ven violencia pues... Lo que creo que falla es el primer educador, o sea los padres, los cuales ejercen la educación de sus hijos desde la irresponsabilidad, pasotismo y permisividad y claro luego los centros educativos poco pueden hacer. El acoso siempre ha existido pero ahora más que nunca ¿Hay pues una perdida de los valores mas esenciales?. Es triste, pero es asi y lo que mas asusta es que nuestros hijos se verán sumergidos dentro de esa especie de malaeducación colectiva. Ojala no se pegue como la gripe. Un bso.

El búho rojo dijo...

Hoy vi a dos chiquillos de unos 3 ó 4 años que estaban jugando a correr. Uno de ellos, por que perdía, se enfadó y comenzó a pegar al otro... el juego se convirtió en disputa. "Cosas de niños"

La violencia, forma parte intrínseca del ser humano, en esa faceta biológica que muchas veces nos negamos a reconocer como nuestra parte "animal". Se me ocurre pensar si nosotros, los que nos jactamos de ser "civilizados" estuviésemos en precario, pasando hambre, sed y necesidad real... No seríamos violentos y agresivos para conseguir un pedazo de pan??? tal vez sea un síntoma de supervivencia...

Pero dices bien, mientras eso llegue, debemos aprender a convivir, asumiendo nuestros derechos y naturalmente, nuestras obligaciones que incluyen, entre otras, el respeto hacia los demás... la educación, la disciplina, la autoridad (hoy por hoy puesta en entredicho) de los profesores y demás instituciones, hacen que esas "bromas", posibles gérmenes futuros de gamberrismo, violencia y delincuencia, no siempre sean corregidas y enmendadas...

Un tema candente, felicidades

Un beso

LlunA dijo...

Es indignante, penoso, triste, patetico...no hay adjetivos. Realmente no entiendo cómo ni dónde ven la diversión. No entiendo cómo cambian tanto las cosas y para peor...

Isabel dijo...

Acarillum,yo pondría el dedo en la llaga,principalmente sobre los padres,primeros educadores y principales;tal vez hemos dejado que cuestionen nuestra autoridad,hemos permitido que abandonen sus responsabilidades y hemos motivado ,incluso transigido comportamientos inadecuados.
Además hemos reforzado comportamientos y actitudes erróneas.
Ahora tendremos que buscar una manera de enmendar ese error,tanto padres como hijos.No pensemos que los profesores son parte de la culpa,sino parte de la solución,como nosotros, los padres.
Ojalá estemos a tiempo de que no empeore el problema...Gracias por escuchar y leer,amigo.Besos.

Isabel dijo...

Pablo,ya me parece que es gamberrismo y violencia,que linda la delicuencia en muchas ocasiones.
De todas formas no seré yo la que busque una excusa para ser violentos,a no ser que perdamos el juicio...
Incluso en situaciones límites,si no hay pérdida de razón,sabemos de sobra lo que hacemos.No Pablo,hay culpas y hay culpables;lo que sí quiero creer es que hay solución aún.Un abrazo.

Isabel dijo...

Lluna,el placer de humillar es muy antiguo,recuerda que siempre hay dos caras en la moneda,sólo hay que tentar la suerte...
Una vez lo pruebas puede llegar a gustar,porque evidentemente te hace sentir mas fuerte y sobrevalorado,aparentemente.
Un problema que debemos controlar entre todos antes de que ocurran desgracias irremediables.

ahhh dijo...

Nunca entenderé a aquellos que disfrutan con el dolor ajeno, a mí también se me revuelve el estómago cuando oigo o veo historias de este tipo, u otras similares. ¿El dolor ajeno no nos duele?
Creo que hay una carencia enorme de empatía en esta sociedad, somos incapaces en ponernos en el lugar del otro, en sentir lo que el siente. Yo me pongo en el lugar de esa niña, en lo que debería estar sintendo y me entran ganas de llorar, pero al mismo tiempo me entra rabia, una rabia que podría degenerar en violencia hacia esos agresores. Es triste como la violencia sólo puede generar más violencia.

Lo que hacieron estos monstruos es algo que nos debe hacer reflexionar sobre los motivos, porque los hay, y no reaccionar como hace mucha gente ante estos casos, pidiendo un castigo ejemplar.

Si no atajamos las causas, de nada sirve lo que hagamos.


Un abrazo

Isabel dijo...

Rafa,exactamente tú lo has dicho muy bien,si no se atajan las causas de nada sirve lo que hagamos.Hay que ir al punto álgido de esta cuestión y atreverse a meterle mano;es decir,que cada uno en su papel de padre sepamos orientar,corregir,enmendar y saber que hay unas normas que deben cumplir nuestros hijos,y sobre todo, que un hogar no es una ciudad sin ley.Nuestros errores se pagan caro.Un besito,amigo y gracias.

Umma1 dijo...

El comportamiento de las agresoras, deberás ser evaluado en el terreno que corresponda.
Un psicólogo y a estudiar el caso.
A todos los involucrados, agresores, fisgones, etc.

Lo que me alarma es la inacción de las autoridades escolares.
Esos señores no pueden estar al frente de un establecimiento donde se forman adolescentes, orque no brindan seguridad. Están dibujados.

Si los adultos no pueden contener, qué podemos pedir a los chicos?

Este mundo está de cabeza.

Abrazos

Isabel dijo...

Claro,Umma,ocurre que tampoco es cuestión de tener que llevar un guardaespaldas cada chico,es una cuestión anterior,porque es evidente que si se puede impedir dentro de un centro escolar ,no se puede impedir que esto mismo ocurra en plena calle,cuando no son controlados.Es un problema evidentemente individual,que se refuerza en colectividad.Es cierto que son chicos que deben realizar algún tratamiento específico,incluso en conjunto con padres si es preciso.Pero ésa es otra cuestión evidentemente...Un besazo.

Hanna dijo...

Sin palabras, noticias que no podemos dejar pasar en bano.
Besos