3 de agosto de 2007

Heliópolis

La mañana rompe con la actividad de los que siguen su normalidad laboral y el vacío latente de coches y desplazados estivales.

La cotidianidad deja de existir tal y como la conocemos para dar paso a avenidas solitarias, comercios relajados y frescos rincones, mientras mantenemos la certeza de que nada será igual llegado septiembre.

El aire que calienta el asfalto bajo nuestros castigados cuerpos destila, tras mirar a lo lejos un instante, una alucinación desértica, un perfil nebuloso y humeante que vibra sobre el horizonte tembloroso.

El verano dilata las horas, la luz, las costumbres al aire libre, las venas cargadas de pulsos lentos y pesados por el sol.

El sol del sur, ése que agota y asfixia mientras llena de energía las placas que, encaradas al cielo sobre tejados y campos, ofrecen sus naturales y ecológicos recursos .

Un poliédrico sol que dora, incendia y revitaliza…

Contraste de norte y sur, donde verdor y montaña, lluvia y prados dejan de tener sentido; donde la mirada sueña con el manto de rocío y la noche de abrigo.

Campos amarillos, pastizales secos, tierras que esperan nuevos cultivos entre desconocidas ciudades casi desalojadas.

Nuestro sol sureño despierta con sueños de agua, mientras una cuarentena de grados nos recuerda que vivir es un poco más cómodo con abanico, ventilador o, en el más afortunado de los casos, una buena refrigeración

8 comentarios:

Anca Balaj dijo...

En esta época del año yo no puedo ni hablar del sol. Ni siquiera hablarlo!!!



Un beso

Isabel dijo...

aMINÚSCULA, no hables de él,disfrútalo simplemente cuando su impertinencia y rotundidad dejen de ser un grave problema,amiga.
Te doy la enhorabuena por tu libro,ya imaginaba yo que tu genialidad tendría pronto sus frutos...
Un besazo.:-)

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

¡Que calor! Allí en tu sur y aquí en mis Madriles...

No hay manera de hacer nada, dormir es una batalla pérdida...

Es verano, lo normal, pero el mar me llama en mis sueños.

Un beso

Gasper dijo...

En algunas provincias del país está nevando y acá en Buenos Aires hace uno de esos fríos por los que uno se pregunta porquué no se está en la cama bajo diez mil frazadas.

De todas maneras, estoy feliz de sentir tu regreso por tus pagos.

Te mando un beso grande

thoti dijo...

.. me voy a comprar 40 ventiladores.. juas..
.. besos fresquitos, amiga..

Sebastián Puig dijo...

Arghhh... ¡Socorroooo!

ahhh dijo...

el calor, o la calor para los que la tratan de tu a tu, como los hombres del mar, para quienes el mar siempre será la mar.

por aquí también sufriendo de lo lindo estos calores que tocan para la fecha en la que estamos, pero a los que uno nunca acaba de acostumbrarse...

besos refrescantes!

El búho rojo dijo...

Que bueno que volviste, repleta la mochila de palabras que sabes colocar para pintar retratos en los que todos salimos...

Un beso