14 de enero de 2008

Escribiendo

Con la luz solar mis manos van alumbrándose, buscando la fotosíntesis que elabore la nueva savia que correrá por mis venas, como el germen vivo de una nueva frase.

Taparé mi boca para hornear los silencios con mi fuego interno y, después, sacaré jugosas palabras de ella.
Modelaré mis letras con el alfarero barro del sentimiento, maceraré nuevas esencias cada día para beberlo, sorbo a sorbo, como un preciado licor que sobre un papel se derrama.

Por suerte, la prieta miga del alma aún me sustenta, alimentando esta hambre fiera de sintaxis que siento; aunque mi sed se aplaca bebiendo, poco a poco, las palabras que gotean sobre el vacío y frágil papel, mientras voy llenando la delicada copa de lo escrito…

7 comentarios:

Nobska dijo...

Isabel, tus palabras, todo un banquete literario. Muy pero muy hermoso. Otro abrazo.

thoti dijo...

.. brindo, con esa copa, por ti, por la vida, por tu felicidad..
.. un beso, amiga..

Carmen dijo...

"...la prieta miga del alma aún me sustenta..."

qué maravilla, Isabel. Con esa única frase podría haberme alimentado durante meses :)) Es un texto precioso.

Un besazo

El búho rojo dijo...

Digno aperitivo que macera en tus palabras y que cobra, como el vino, cuerpo y esencia a medida que vamos empapándonos de todo lo que nos transmites.

El aroma de la poesía está presente en tus escritos de forma constante...

Un beso y cuida ese maravilloso jardín para que copninuemos disfrutando su fragancia y esa escogida música que suele acompañarlo.

poca luz dijo...

A veces creo que cuando miras sabes ver palabras.

Es siempre un regalo leerte.

Anónimo dijo...

Es un gusto leerte Isabel; dices tanto y de una manera tan hermosa...

josé lopez romero dijo...

Este sentimiento revirtió el pesar que evidencias en otro de más atrás, por el asunto de los años y todo el rollo que nos tiramos encima los que llevamos algunos a cuesta. Seguro que cargamos nuestros óxidos humanos pero, el lubricante viene por nosotros para no dejarnos al costado. Tirarnos a retranca es certificar un fracazo adelantado y el plan de Dios va de contramano. Me gusta leer sus cosas.