10 de marzo de 2008

Salida de emergencia

Igual que las nubes coquetean con las cimas más altas, como jugando al escondite, así entra la bruma de la apatía en mi vida.

Llega y se instala como en su casa, dejando entrever en algunos momentos su sonrisa y, en otros, se oculta tras una densa capa de tristeza.

Soy consciente que el sol sigue en el mismo lugar, que la luna sale cada noche para alguien en alguna parte del mundo mientras los días se suceden; sin embargo, mi presencia se vuelve ausencia distante y grisácea.

Entonces deseo ser invisible y diminuta, pasar desapercibida; siento envidia de la hormiga que todos ignoran, de la oruga solapada bajo la hoja, del arrugado papel de periódico que queda olvidado sobre la acera.

Hay un momento, cuando dejo de ser percibida por todos, en el que puedo ser yo sin exponerme.
Puedo ser como soy, sin miradas ni juicios ajenos, sin vivir la vida como una constante explicación, sin reproches de quienes nada entienden, sin tener que entregar lo que se espera de mí, sin expresarme,sin tener que reír si no lo deseo, sin mutuas palabras...

Al fin y al cabo, no hay nadie mejor que yo misma para saber cómo soy y lo que estoy necesitando. Tal vez sea que me necesito más en momentos así. No puedo ni quiero ignorarme. Estoy conmigo.

Lo difícil es volver…

19 comentarios:

ROSA dijo...

Siento decirte, que según un serrano poeta amigo mío no hay salida de emergencia.
Los túneles hay que atravesarlos aunque al principio no se vea la luz que se abre al final.
Hace algunos días que estás en una isla y no recoges los mensajes que te llegan en transparentes botellas.
Un beso.

Meiga en Alaska dijo...

Y como entiendo tus sensaciones... Aquí estoy, sin ganas de volver al mundo... Ya volveremos cuando tengamos que volver...
Besos

Manolo Merino dijo...

Es necesario, de cuando en cuando, echar mano de ese "descanso del guerrero" que nos permite volver a cuantas lides queramos emprender. Aunque existe una alternativa a la contienda: fluir.
Abrazo fuerte.

El búho rojo dijo...

Supongo que todos tenemos una sensación similar alguna que otra vez.

Si te sirve de ayuda, a mi me sienta bien salir de "mi mundo físico", irme a algún paraje tranquilo y gritar, bailar, cantar...

Nunca vas a dejar de estar contigo, y la única medida es saber que, cuando estés con otros, tampoco dejas de estar contigo... jamás

Tampoco vienen mal unas vitaminas...

Descansa querida amiga... no dejes que tu sonrisa desaparezca con el sol de poniente... llévatela a tus sueños

LlunA dijo...

Momentos...siempre hay momentos...
Tus palabras salen de este blog y me llegan convertidas en tristeza, silencio..
Pasará, Isabel, pasará y volverás, donde tengas que volver, con fuerza, llena de vida!
No pierdas la sonrisa.

Un fuerte abrazo

almena dijo...

Sí, hay momentos así... y los hay para todos. Por eso, creo que podemos comprenderte tan bien...
Pero se esfuman, se disuelven, y vuelve la calma.

Un beso!

Desesperada dijo...

yo huyo muchas veces a esa salida de emergencia... pero la tengo dentro de mí.,

Mandarina azul dijo...

Por eso mismo que es difícil volver, querida Isabel, tómate tu tiempo de estar sólo contigo misma, pero no lo hagas más allá de lo necesario...
Como dice Luz Casal, abre tus ojos a otras miradas.... :)

Un fuerte abrazo.

Nobska dijo...

Isabel, tu siempre das tanto a los otros , y ahora es el momento de darte a ti misma. Espero tu regreso para que podamos compartir la primavera. Un abrazo.

thoti dijo...

.. estar afuera.. estar adentro.. saber vivir con nosotros mismos.. con el entorno que nos rodea hacer amigos.. sin perder nuestra referencia.. ir haciéndonos siempre.. el misterio de la vida.. que puede vivirse al máximo de plenitud.. dejando las aceras que no queremos.. siempre recogiendo lo mejor.. siempre eligiendo ser nosotros.. siempre adelante..

.. un beso, y me alegra poder pasear de nuevo por tu mundo, Isabel..

Traven dijo...

Esos momentos de soledad e introspección, de auto-reconocimiento, nos son, muchas veces, demasiado necesarios.

Me han gustado tus palabras y me he visto en ellas.

Un beso,
P.

- dijo...

Aveces todos queremos convivir con nosotros mismos. Tambien es dificil saber encontrarnos cuando sentimos que otros no pueden hacerlo.
Encontrarse no es algo facil, tampoco sabernos y sentirnos necesarios. Pero lamentablemente no alcanza. La realidad nos obliga a que otros nos encuentren, que nos descubran, y supongo que es ahi, en ese "no puedo ni quiero ignorarme" cuando nos damos cuenta que SOMOS, y para ser necesitamos existir, VOLVER..encontrarnos...

Muy buenos tus textos, muy profundos... Y creo que muchos alguna vez nos hemos sentido identificados...

Abrazos

ahhh dijo...

Pues si estás contigo, estás en buena compañía, estoy seguro de ello, porque aunque no te conozca personalmente, sé que eres una bella persona, que se busca y encuentra las cosas buenas de la vida, que sabe disfrutar de ellas, y hacer disfrutar a los demás.
Me voy, pero te dejo en buena compaía, en la tuya...

un beso Isabel

zel dijo...

Y con quien vas a estar mejor que contigo misma? Disfruta de tu propia compañía, los demás pasaremos a saludarte en silencio...ssshhhh, un beso!

Arroba dijo...

Isabel, he pasado por tu blog y la tristeza te envuelve como una niebla.
Leo tu comentario en mi blog, y pienso que fue la última vez que te vi reir.
Espero que no tardes en disipar esa niebla de tristeza y volvamos a recuperar tu alegre mirada sobre el mundo

El Secretario dijo...

Hola Isabel.

He estado unos días ausente de visitaros y comentaros...

Y hallo tristeza en ti.
Tú tienes la llave; como dices, tú te conoces y sabes lo que necesitas.

Desahogarnos: eso es lo que muchos hacemos aquí.
Compartimos alegrías cuando las sentimos.
Compartimos anhelos cuando nos aprietan.
Compartimos.
Sentimos.
Escuchamos.
Hablamos, aunque pueda servir de poco.
Pero de algo sirve...


Abrazo compartido.

Manolo Merino dijo...

http://es.youtube.com/watch?v=50LQUvUqDqk&feature=related

Alberto dijo...

Jo!
Cuantas ganas de re-engancharme a mi rutina blogera Pero es que con tanto trabajo, llevo unos meses de infarto.

Aún así un placer pasar por aquí, y poder visitarte, leerte y saludarte.

En un par de meses se acabará el estrés y podré volver a pasearme por mis blogs amigos favoritos.

Un abrazo y cuídate.

Alberto.

Isabel dijo...

Os doy las gracias por vuestros ánimos y palabras; han llenado mi silencio de emociones.
De corazón, un fuerte abrazo para cada uno de vosotros, con mi sincero agradecimiento.
:-)