20 de mayo de 2008

La buenaventura

-Toma ehte romero que te “va´dá” buena zuerte – me decía una gitana muy morena y vestida de negro de la cabeza a los pies.

A lo largo de mi vida me he encontrado con otras muchas que me ofrecían romero en sus manos también; incluso en algunas ocasiones lo acepté, a cambio de algunas monedas, sin mayor fortuna en mi vida desde luego.
No creo que el romero sea la panacea del mundo, pero en cambio aún recuerdo el día que una gitana, bastante mayor ya, también de riguroso luto, con el pelo muy tenso hacia atrás y recogido con un experto moño, se dirigió hacia mí, mirándome fijamente desde lejos y me dijo – tú tieneh cara de buena perzona; dame la mano que te la “viá” leé -.

Como nunca he tenido intención de saber qué me deparará el futuro, le dije que no y seguí adelante; pero ella, caminando a mi lado, seguía insistiendo, mientras me ofrecía un pequeño ramito de romero.

Yo seguí adelante, denegando con la cara, y sin darle mayor importancia; pero como ella continuaba insistiendo a mi lado, me paré y le dije que, de verdad, no estaba interesada y que no me gustaba que me leyeran la mano.

Así que continué mi camino sin más, ella dejó de seguirme al fin; cuando no llevaba más de tres pasos dados escuché en voz alta, de manera que cualquiera que pasaba podía escucharlo, estas palabras: - hija de la gran p***, te “via echá” un mar de ojo y asín te paze de tó”-
Después siguió diciéndome otras maldades e improperios durante el rato que seguí escuchándola, mientras me alejaba totalmente incrédula y las personas me miraban intrigadas,pensando qué podría haberle dicho yo para enfadarla tanto.

En ese momento pensé que la suerte en mi vida debió terminarse, sobre todo si los “dioses” hubieran concedido las peticiones y deseos a tanto empeño y rogativa.
El caso es que sigo recordando a esta mujer, no por el hecho en sí, sino por la capacidad de desahogo que tuvo en unos minutos. Ahora creo que si hubiera puesto el mismo empeño en desearme suerte tal vez hoy sería mucho mas rica, qué se yo…
Cosas que pasan, ya ven. ..
Pero qué cierto es, en verdad, que nunca sabemos cuando podemos encontrarnos con la mala o la buena suerte. Así lo deseemos con todas nuestras ganas…

Imagen: Manuel de la Rosa Sampedro


17 comentarios:

CarmenS dijo...

Hace un año una gitana me pilló en un parque y, aunque yo me negaba, se puso tan pesada que accedí a que me leyera la mano para que me dejara en paz. Me pronosticó todo tipo de cosas, pero lo decía tan deprisa que no me enteré de nada. Me dijo que me iba a quitar el mal de ojo. Y acabó sacándome diez euros, pero pidiéndome que no fueran "llorados". Sabía que me estaba estafando pero se los di.
No creo que yo tuviera mal de ojo, pero si lo tenía, no me lo quitó, desde luego.

Anónimo dijo...

A mí me pasó una vez algo parecido. Una gitana mayor, empeñada en darme una ramita de romero y yo negándome, que no la quería y ella venga a insistir. Y venga que me la regalaba y que me la regalaba... y me hizo sentir tan violenta que al final la cogí. Y en ese momento va la tía y me pide dinero (que como comprenderás a mí me daba igual, pero me daba rabia que hubiera insistido en regalármela y luego quisiera cobrarla) Total, que le devolví la ramita, sonriendo pero firmemente, y ay, madre mía, cómo se puso... me gritó de todo. Menos mal que yo creo que la mala y la buena suerte no depende en absoluto de ese tipo de maldiciones o de bendiciones...

José María Díaz dijo...

Lo que más pena me da es que no se haga nada. No van con buena voluntad, porque no te dejan con buen sabor de boca. Atosigan a turistas y cualquier paseante inocente, con el majestuoso regalo de unos cuantos insultos si no te paras a escuchar su lectura única de tu mano, la cual si se la prestas al siguiente también le valdrá. En fin...... tradición hispana

Camille Stein dijo...

me pasó una vez algo parecido con una gitana, también me habló del mal de ojo...

... no hay nada peor que creerse bruja sin serlo

un beso

Unknown dijo...

La verdad es que la mala educación, y la falta de límites existe.

No sé por que, pero creo que todos hemos tenido una experiencia parecida en algún momento, si te ofrecen el ramito o cualquier otra cosa y tu les declinas su aceptacíon, ellas suelen ser violentas, y desagradables... a mi tambien me ha pasado.

Un abrazo

P.D. No creo que esto te haya reportado ni mala ni buena suerte, esa en parte, creo que hay que ganársela.

almena dijo...

ufff cómo son. Ese no resignarse a que se le escape ni un posible euro...
Pero estoy con Estrella Altair. No serán sus maldiciones las que modifiquen tu suerte en ningún sentido.

Besos!

El búho rojo dijo...

No me considero supersticioso ni nada por el estilo, y por lo tanto no creo que nadie pueda influir en la suerte o el destino de otro. Sin embargo sí creo que en el fondo nos dejamos influenciar por palabras ajenas para bien o para mal... A todos nos gusta que nos den una palmadita en la espalda y que nos "asciendan" de peones a "tecnico de movimiento de material" que aunque no supone un incremento de sueldo, está mejor visto... y claro, a la viceversa cuando nos maldicen...

Creo, que si tropezamos y al caer nos encontramos una moneda, el que se crea "maldecido" pensará en el tropiezo, mientras que el piense que está "bendecido" dará gracias por la moneda...

Somos dueños de nuestro destino, a pesar de que el azar tenga mucho que ver, pero desde luego, no creo que nadie, por muy fuerte que sea su oratoria, moldearlo

Llega la primavera... sonrie y disfruta del sol...

juan rafael dijo...

Hay mujeres a las que no les gusta un no.

Nobska dijo...

Primera vez que escucho algo asi. Lo mejor es apartarce de personas con esa actitud tan agresiva. De por si, ya existen bastantes sufrimientos en este mundo como para que llegue un desconocido a desearnos el mal.
Solo nuestras buenas acciones se convierten en nuestro mejor escudo protector y guia en el futuro, aquello que algunos llaman suerte.
Un abrazo querida Isabel.

Jota dijo...

Yo no creo en la buena o mala suerte, sino en el azar y en el caos. Es decir, que conmigo no se harían ricos ni pitonisas ni cultivadores de romero.

Anónimo dijo...

Seguramente si le hubieras dado unas monedas y aceptado el romero se habría conformado. Vamos, digo yo... En cualquier caso, a todos los del sur nos ha pasado algo parecido alguna vez y mira, no estamos tan mal, ni a todo aquel que se ha negado alguna vez a que le lean la mano le ha partido un rayo. No tiene importancia. Los peores maleficios te los hacen en silencio y sin que te enteres ;)
Besos!

LlunA dijo...

A mi me ocurrió algo parecido hace años, era muy niña...le dejé mi mano y hoy por hoy no ha pasado o no recuerdo pasara nada de lo que dijo...le di unas monedas porque sino no me dejaba! La gente para pedir dinero se las inventa todas!

La suerte..la buena y la mala...hoy toca una mañana otra...

El Secretario dijo...

Hola Isabel.

Aquí cabría preguntarse si el destino lo traemos ya escrito, si nos lo puede cambiar alguien con rituales, maldiciones o amuletos o si los que lo podemos cambiar de verdad somos nosotros mismos...

Complicado tema.

Pero lo que está claro es que si esas personas, que viven normalmente en la pobreza, tuvieran algún tipo de poder, lo aplicarían a sus propias vidas y vivirían mejor.

Pero un poquito de aprensión sí que dan, más que nada, por la escandalera que forman...


Abrazo bienaventurado.

Manolo Merino dijo...

Yo solo veo una profunda ignorancia en quien acaba deseando el mal ajeno, simplemente porque desea su propio bien, lo que procuro no olvidar en situaciones como esta.
¿Un abrazo,compensaría el mal rato? -¿tendrá la gitana quien la abrace?-
Un abrazo, amiga.

http://www.youtube.com/watch?v=1voyMYyTjhA

Mandarina azul dijo...

A todos, creo, nos ha pasado alguna vez algo como lo que cuentas...

La buena o la mala suerte... a lo mejor más que encontrarlas nosotros a ellas son ellas quienes dan con nosotros. Pero soy de los que piensan que el encuentro no en todos los casos es fortuito.

Un besazo, Isabel. :)

poca luz dijo...

...jaja...me has hecho reir con "eze azento gitano que ta salío del arma"...vaya mal genio...y es que a todo eres capaz de verle el lado bueno...tanto que te ha servido como post!

Un abrazo niña...grandote!

MªValle dijo...

Un día iba mi madre por el centro y se le acercó una gitana pidiéndole "leche pa'r niño", y como pasaba justo por el lado de un bar, mi madre le dijo que entraran, que ella le pagaba el vaso de leche, a lo que la gitana muy ofendida le dijo que no, ¡que su niño tomaba leche de farmacia!, y como mi madre le dijo que dinero no le daba..., pues improperios e insultos múltiples que se tuvo que tragar la pobre. Se las saben todas y alguna más. Yo creo que la mayoría de nosotros tiene un caso similar que contar y la vergüenza pasada por ello. Mi madre temió que le diese un empujón o algo parecido...
Un beso amiga.