17 de mayo de 2008

La habitación 31

Una llave sin cerradura es un destino incierto.

No sé en qué momento giró su última vuelta; si abrió o cerró alguna historia.

La habitación 31 sigue junto a ella, como un espectro, encerrando aún desconocidas escenas.

Imágenes que nadie conoce, en un espacio que quedó en silencio o se llenó de vida tras cerrar su puerta.
Esa habitación 31, como una maleta olvidada, vaga entre el pasado y el futuro, sin importarle a nadie dónde se perdieron sus llaves.


6 comentarios:

dijo...

Tal vez tengamos todos una habitación espectral y misteriosa...en nuestro interior...
un abrazo

Camille Stein dijo...

habitaciones cerradas y sepultadas en el foso de nuestros recuerdos... permanecen selladas sin que podamos encontrar la llave... inquietante es el pozo clausurado de los recuerdos perdidos ... un beso...

Imagine Photographers dijo...

Me has dejado con cierta inquietud, tantas llaves de mi interior he ido tirando con las puertas cerradas , que no se por donde empezar para reconocer mi interior.
Saludos, pasaba por aquí y como la puerta estaba abierta.....

Anónimo dijo...

Alguien guarda la llave de las habitaciones que hemos cerrado a cal y canto. Por eso a veces nos da tanto miedo que el pasado vuelva... Porque trae la llave y puede abrir las estancias que creíamos condenadas al olvido...

josé lopez romero dijo...

Hey Isabel, qué bueno esto de las llaves, me alegro de haber regresado aquí, lo mismo me sucedió con el tema de las mujeres maltratadas, todo un asunto arrastrado de tiempo. Nada más complicado que las relaciones de pareja cuando nada se ha entendido desde principio. (Te cuento que estás entre mis blog preferidos, aún no aprendí a colocarlos donde corresponde, pero están en otro lado, y en mi corazón por supuesto. Chau

Emig dijo...

"Una llave sin cerradura es un destino incierto". No tiene desperdicio tu frase...
Me viene a la mente algo que me llega desde una sensación interior, esa llave creo que es muy preciada, quizás la más importante pues, si en el caminar, encuentras la cerradura sin llave, sabrás que es esa la llave de la cerradura... Me gusta la palabra incertidumbre porque no piensa, porque no hay plan alguno, porque lleva un ritmo tan desconocido como natural aunque escondido. La incertidumbre nos alumbra en el caminar, aunque parezca oscuridad.
Un abrazo