Dejo escrito, al libre albedrío,
el calor de mi alma
en un pensamiento.
La vida me dio dos regalos
sin yo saberlo:
la vida misma y
mi sentimiento;
con forma de manos,
alas abiertas,
cielos extensos;
un tierno afluente
de caudal lleno.
La gota que colma mi vaso,
derrama las gracias,
fecundando ideas,
superando miedos.
Respira todas mis horas,
navega por mis adentros,
abriendo de par en par
las puertas de lo que encierro...
Hermoso... y relajante. Un beso.
ResponderEliminar¡Que alma tan calida tienes isabel!, y gran albedrio el tuyo.:). Siempre un placer leerte. Besos
ResponderEliminarTienes un jardin en el alma! El miedo como escalera, y a sacarlo todo afuera, muy bello. Te agradezco la paz que me inspiras. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias,nuevamente por la constancia de tus visitas,Sebastián.Abrazo fuerte,amigo.
ResponderEliminarAcarillum,y tú qué afán de conocer y transmitir tus conocimientos posees;siempre tan interesantes,sin duda.Besos,amigo. :-)
Azul,seguramente sabrás que esa paz ya estaba en tí misma,simplemente decidiste dejarla salir...
Gracias por tus palabras,me gusta también leerte porque tu estilo me resulta muy personal.Un besazo.