En esos días en los que la vida se vuelve un oscuro embrollo de sentimientos, confusión y melancolía convendría hacer una parada,tomar una flor, aspirar su aroma, contemplar su belleza sin pretensiones y olvidar el peligro de caer en la triste e inútil preocupación.
Nada debería importarnos tanto como la clara sencillez…
Tendríamos que viajar con las emociones cómodamente puestas, olvidando los viejos baúles que tanto nos pesan y repetirnos a nosotros mismos que la luz siempre acaba por aparecer al final del túnel, cuando avanzamos…
Pero mientras dure este viaje sin retorno, nada debería importarnos tanto como ser felices…
Cierto.
ResponderEliminarCon demasiada frecuencia, vamos por la vida llevando sobre nosotros lastres pasados o inútiles.
El ahora, el momento presente. Sólo él nos pertenece y lo olvidamos con tanta facilidad...
Un beso!
Tal vez ,como dice un amigo mío,debamos "ocuparnos" más y "preocuparnos" menos,amiga. :-)
ResponderEliminarSiempre es una alegria tu paso por aquí,Almena.
Sentirse felices es vital.
ResponderEliminarAlberto,pues creo que muchos aún no se han enterado y se empeñan en amargarse la vida más de lo debido...
ResponderEliminarHay cosas que no tienen remedio,pero siempre podemos empeorarlas.
O no.;-)Un abrazo.
El viaje más importante, siempre deberíamos llevar lo más vital... y seguimos empeñados en cargar con cosas superfluas que nos impediran disfrutar del paisaje...
ResponderEliminarHay días oscuros, los hay, Porque esta vida está llena de horas y a veces pensamos y pensamos y apagamos la luz sin querer. Pero como hay tantas horas, volvemos, respiramos hondo y seguimos el camino, seguimos viviendo, seguimos sintiendo el sol! La luz...
ResponderEliminarUn besote!