13 de noviembre de 2007

Despreocupación

En esos días en los que la vida se vuelve un oscuro embrollo de sentimientos, confusión y melancolía convendría hacer una parada,tomar una flor, aspirar su aroma, contemplar su belleza sin pretensiones y olvidar el peligro de caer en la triste e inútil preocupación.

Nada debería importarnos tanto como la clara sencillez…

Tendríamos que viajar con las emociones cómodamente puestas, olvidando los viejos baúles que tanto nos pesan y repetirnos a nosotros mismos que la luz siempre acaba por aparecer al final del túnel, cuando avanzamos…
Pero mientras dure este viaje sin retorno, nada debería importarnos tanto como ser felices…

6 comentarios:

  1. Cierto.
    Con demasiada frecuencia, vamos por la vida llevando sobre nosotros lastres pasados o inútiles.
    El ahora, el momento presente. Sólo él nos pertenece y lo olvidamos con tanta facilidad...

    Un beso!

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  2. Tal vez ,como dice un amigo mío,debamos "ocuparnos" más y "preocuparnos" menos,amiga. :-)
    Siempre es una alegria tu paso por aquí,Almena.

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  3. Sentirse felices es vital.

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  4. Alberto,pues creo que muchos aún no se han enterado y se empeñan en amargarse la vida más de lo debido...
    Hay cosas que no tienen remedio,pero siempre podemos empeorarlas.
    O no.;-)Un abrazo.

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  5. El viaje más importante, siempre deberíamos llevar lo más vital... y seguimos empeñados en cargar con cosas superfluas que nos impediran disfrutar del paisaje...

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  6. Hay días oscuros, los hay, Porque esta vida está llena de horas y a veces pensamos y pensamos y apagamos la luz sin querer. Pero como hay tantas horas, volvemos, respiramos hondo y seguimos el camino, seguimos viviendo, seguimos sintiendo el sol! La luz...

    Un besote!

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