13 de noviembre de 2007

Despreocupación

En esos días en los que la vida se vuelve un oscuro embrollo de sentimientos, confusión y melancolía convendría hacer una parada,tomar una flor, aspirar su aroma, contemplar su belleza sin pretensiones y olvidar el peligro de caer en la triste e inútil preocupación.

Nada debería importarnos tanto como la clara sencillez…

Tendríamos que viajar con las emociones cómodamente puestas, olvidando los viejos baúles que tanto nos pesan y repetirnos a nosotros mismos que la luz siempre acaba por aparecer al final del túnel, cuando avanzamos…
Pero mientras dure este viaje sin retorno, nada debería importarnos tanto como ser felices…

6 comentarios:

almena dijo...

Cierto.
Con demasiada frecuencia, vamos por la vida llevando sobre nosotros lastres pasados o inútiles.
El ahora, el momento presente. Sólo él nos pertenece y lo olvidamos con tanta facilidad...

Un beso!

Isabel dijo...

Tal vez ,como dice un amigo mío,debamos "ocuparnos" más y "preocuparnos" menos,amiga. :-)
Siempre es una alegria tu paso por aquí,Almena.

Anónimo dijo...

Sentirse felices es vital.

Isabel dijo...

Alberto,pues creo que muchos aún no se han enterado y se empeñan en amargarse la vida más de lo debido...
Hay cosas que no tienen remedio,pero siempre podemos empeorarlas.
O no.;-)Un abrazo.

El búho rojo dijo...

El viaje más importante, siempre deberíamos llevar lo más vital... y seguimos empeñados en cargar con cosas superfluas que nos impediran disfrutar del paisaje...

LlunA dijo...

Hay días oscuros, los hay, Porque esta vida está llena de horas y a veces pensamos y pensamos y apagamos la luz sin querer. Pero como hay tantas horas, volvemos, respiramos hondo y seguimos el camino, seguimos viviendo, seguimos sintiendo el sol! La luz...

Un besote!