Coitus interruptus

La vida es una mano que odia el sudor, es un hacha con alergia a la madera; como una flor que deshoja sus páginas.
Es un precipicio con inmenso miedo al vacío, una nube con vértigo en las alturas.
Es la gota necesaria que surte a cada charco; es hambre alimentada con más hambre.

La vida es una muda garganta que nos grita , una larga sequía, una maleta que siempre viaja.
Es esa gran incógnita que, entre el paréntesis de nuestros brazos,guardamos con celo.
Es nuestra mirada más lejana, el regalo que más nos dura, nuestra primavera más corta.
La vida nunca obedece, olvida todas las reglas y nos asalta siempre desprevenidos.
Es capaz de tragarse todas las bocas para dejarnos, al fin, mudos.
Se mofa de nuestras risas,porque siempre ríe la última; pero, en cambio, nunca nos llora.
Atraca en todos los puertos, se crece en nuestras alcobas; va desnudando nuestros cuerpos, dejándonos siempre insatisfechos en un despiadado coitus interruptus.

Siempre nos va apretando, siempre dándonos una vuelta de más.
La vida es una soga que nos ahoga, el tiempo siempre nos apremia y, sin embargo, todavía podemos disfrutarla, como quien dice, jodidamente, sólo unas horas…


Imagen: M. C. Escher