14 de octubre de 2011

La mano que nos da de comer...

Dicen que la costumbre, muy arraigada en EEUU e Inglaterra por cierto, de poner comederos de pájaros en las ventanas o parques cambia sus hábitos naturales, los hace dependientes…
Al tener la comida localizada invierten más tiempo custodiándola y como resultado sus huevos son más pequeños y menos numerosos, además de cuidarlos menos tiempo, lógicamente.
Después de conocer esto, pensé en las personas…. Cuando cambiamos nuestras prioridades también cambian con ellas el tiempo que les dedicamos y el valor que les damos.

Tan centrados estamos en lo que consideramos importante, que no nos damos cuenta que con ello perdemos nuestro instinto, nuestra libertad e independencia, nuestra capacidad de pensar por nosotros mismos… Nos domesticamos.
De repente, todo nuestro mundo se reduce a custodiar lo que tenemos, tememos perder nuestros recursos, mientras en verdad vamos perdiendo el verdadero tesoro de no depender…

Preferimos que nos den de comer...Solo hace falta que nos den unas pocas migajas para olvidar lo que es importante de verdad…
Pero...¿quién muerde la mano que le da de comer?

Imagen: Ecologíablog


2 comentarios:

Ligia dijo...

Tendemos a querer conservar lo que tenemos porque mucho nos ha costado conseguirlo, aunque en el fondo somos conscientes de que no nos vamos a llevar nada. Abrazos

Anónimo dijo...

Tal vez lo hacen los años, no la costumbre. Según vamos cumpliendo años nos volvemos más ¿conservadores?... Sí nos ha costado mucho conseguir lo que tenemos, lo que hay que valorar es si ha merecido la pena y que, tal vez ahora, sea el momento de vivir lo que nos hemos ido dejando por el camino.

Volvernos... ¡salvajes!

Besos a miles.

Candela.