Me da miedo la indiferencia; reconocerla en los demás y sobre todo, llegar a descubrirla en mí.
Me da miedo entrar a formar parte de esos “tibios” que ni siquiera saben que existen muchos “nadies”.
No sé qué temo más, si no hacer nada o sentirme indiferente.
Me da, cada día, más miedo la pasividad que puede llegar a transpirar la piel del ser humano,con ese olor tan particular a indiferencia que desprendemos cuando las circunstancias suponen una complicación para nuestra cómoda vida.
6 comentarios:
Detesto la tibieza y reconozco que la indiferencia la aplico contra determinadas personas porque considero que no merece la pena ni odiarlas y sé que es el peor de los sentimientos, desde luego... contra la tibieza, calidez y pasión (y de tanto en cuanto algo de frialdad)
entiendo de qué hablas... la indiferencia es una plaga, es la comodidad de las conciencias.
Sentirse inútil, impotente, ante tanta injusticia es horrible, pero lo es mucho más ser impermeable, egoísta, ciego como elección.
Un beso, Isabel
.. también yo tengo ese temor.. ¿pero sabes? pienso que ese sentimiento es precisamente la vacuna contra la indiferencia.. mientras lo sintamos, aún podemos saber, que no nos hemos vuelto tibios o indiferentes..
.. besitos activos..
Lovesick,tu última frase es la mejor opción, eso seguro,estoy totalmente de acuerdo.:-)Saludos.
Carmen,esa impermeabilidad es muy peligrosa ,nos acaba inmunizando contra los sentimientos.Sabemos de qué hablamos,ciertamente.Un beso,amiga.
Si,Thoti,todavía somos capaces de darnos cuenta si nos tienta la indiferencia,lo malo es cuando deje de importarnos...Un besote,totalmente interesado pero sin indiferencia.;-)
Desafortunadamente, hasta la mayor crueldad se torna en rutina de tanto cuanto se repite... y entonces, forma parte de un paisaje tan conocido que ya pasa desapercibido...
Una mesa camilla??? Esto requiere una convención!!!
Un beso
Actuar o no actuar, That's the question.
Publicar un comentario