Pasa la mano suavemente por el lomo de su perro, mientras, sentada junto a la ventana del café, mira a través de ella con aire ausente.
Cuando vuelve a la realidad, mira el entorno con desgana y, delicadamente, decide sacar de su bolso un paquete de cigarrillos.
Enciende uno con el estilo maravilloso de las películas en blanco y negro; exhala el humo hacia arriba lentamente y, después, vuelve a dejar la mirada perdida en el techo.
No parece tener demasiada prisa; tan sólo espera el ralentizado paso del tiempo.
Da un último sorbo al café que aún queda en su taza, mientras su vista vuelve a traspasar los cristales del ventanal; pero esta vez toma el bolso para sacar un billete que deja sobre la mesa.
Después, se levanta sujetando a su perro y salen despacio del café,con naturalidad,pero algunas miradas se posan sobre ella cuando despliega su blanco bastón.
En ese instante,nada parece tan absurdo como el ciego mirar de una bella mujer a través de una ventana abierta a la nada.
8 comentarios:
¡Oh!, ¡Que texto más delicado!. Me parece...no sé...muy... ¿literario?.
Abrazo.
No tengo nada que decir, la verdad. Solo mandarte un beso.
Bien, mi amiga, después de todo el "puente" perdida, me asomo antes que nada por aquí y me doy cuenta de todo lo que me he perdido estos días sin entrar a ningún blog y casi sin abrir siquiera el ordenador... Conclusión: no puede una perderse tantos días, luego se le acumulan a una las lecturas amigas, los comentarios pendientes y los sentimientos que provocan las lecturas, acumulados...
;-))
Tenemos una cita pendiente, amiga, que no se puede posponer más.
Un beso
Me gustó mucho el texto,un final muy interesante, sigue así.
Un saludo!
.. me he quedado en blanco.. sin saber que decir.. a donde mirar.. aún así me quedo con la belleza de esa mujer y en lo magistralmente que le he visto lanzar el humo de su cigarro..
.. un beso desde mis colinas, amiga..
Me han encantado tus palabras...les he visto...me has llevado hasta ese café!
Un besote
Quizás veía.
Veía cosas que los que gozamos del sentido no percibimos.
Tal vez recuerdos, tal vez sueños en restos de colores.
Me impesionó eso de esperar el paso el paso del tiempo. Ese tiempo que siempre nos alcanza.
Es el corazón el que escudriña...
Besos!
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