5 de junio de 2008

Gallitos

Me intriga saber la razón por la cual algunas personas siempre van provocando discordia, ¿acaso es que no tienen paz en su interior o es que necesitan sentir que su sangre es más caliente que la de los demás?.

No me gusta la violencia, ya sea física o verbal; no me gusta la tensión interna tampoco y, menos aún, que me la provoquen, sobre todo porque soy de naturaleza pacífica.

La serenidad, tanto dentro de mí como a mi alrededor, es necesaria para mi equilibrio.
Sin embargo hay días que he vivido situaciones que no llego a comprender; bien porque descubro que hay demasiadas personas que tienen los nervios a flor de piel o porque creen que la razón siempre está de su parte.

No llego a comprender por qué nos aferramos tanto a lo que pensamos, dándole demasiada importancia a cosas que, en verdad, no la tienen.
Siempre hay alguien dispuesto a defender, con uñas y dientes si es preciso, una situación absurda o sin importancia a lo largo del día.

Siento que algunas personas van siempre con las pilas cargadas, dispuestas a “comerse” al primero que les lleve la contraria o, simplemente, que no piense como él.
A veces soy testigo de escenas lamentables por cosas tan simples como que alguien haya decidido alterar el orden correspondiente, por ejemplo, en una fila dispuesta para tomar el autobús, visitar la consulta del médico, acceder a la ventanilla del banco, etc…

Al final acaba organizándose una pequeña, o no tan pequeña, discusión; mientras los más “acalorados” salen de sus agujeros para entrar en acción.

Lamento que la gente vaya por la vida desperdiciando energías innecesarias, sobre todo, para no llegar nunca más lejos de su sinrazón; porque la razón, cuando se tiene, nunca se demuestra a voces o con violencia.

El mundo está nervioso,todos nosotros estamos alterados y la vida acaba convirtiéndose, al final, en una constante pelea de gallos que sólo nos sirve para salir "desplumados" de nuestra sensatez.

Deberíamos seriamente aprender a calmar y manejar nuestros ánimos, porque, como se suele decir, podemos decirnos las cosas más en alto, pero no por eso creernos en posesión de la verdad y la razón.
Pensemos siempre que somos libres para elegir qué actitud queremos mantener ante cualquier situación.


Imagen: Taro Taylor

14 comentarios:

Ligia dijo...

Cuánta razón tienes. Yo me sorprendo también de esas personas que parece que se pican por cualquier cosa y saltan a las primeras de cambio. Les hace falta un baño de "aguas tranquilas". Un abrazo

Camille Stein dijo...

es cierto, y cada vez es más evidente: hay una violencia latente, un nerviosismo creciente en muchas personas

creo que esta sociedad, con sus prisas y su competitividad, nos está convirtiendo en seres profundamente neuróticos, en unos perfectos insatisfechos

un beso

Mandarina azul dijo...

Cómo me han gustado tus palabras y tu reflexión, Isabel.
Conozco a más de un "gallo" a los que te refieres. Me provocan rechazo, mucho rechazo. Y a la vez compasión. Se pierden lo mejor de la vida, lo mejor, absortos en sus estupideces. Y creo que en el fondo se siente muy solos. Pero también he aprendido que intentar ayudarles significa muchas veces un esfuerzo inútil, y que además se corre el grave riesgo de que se coman también tus ilusiones...

Un abrazo muy grande, niña.
:)

thoti dijo...

.. existe seguramente mucha frustración y una insatifacción personal muy grande en las personas que se comportan habitualmente de esa manera..
.. un abrazo pacífico, amiga Isabel..

Anónimo dijo...

Gallos no sé pero "cardos borriqueros" sí, éstos siempre están con el rostro contraído y cetrino y aún en la distancia se siente cómo se clavan sus espinas

Enmascarado dijo...

Cada día en mi trabajo me tropiezo con unos cuantos gallos...todos reclamando sus derechos...pero que poco hablan de sus obligaciones.

Exigen respeto cuando ellos te lo pierden, amabilidad cuando su nivel de decibelios supera lo tolerable, cuando te ofrecen un puño en vez de la mano...

Pero no desespero que al devolver una sonrisa al que te increpa, algún día veamos florecer margaritas en los cañones.

Besos

Anónimo dijo...

Una de las cosas que he aprendido gracias a esta situación en que me encuentro, es lo valosísima que es la energía y la cantidad de ella que perdemos cuando nos enfadamos. Yo, que tampoco era de mucho enfadarme, últimamente siento que el cabreo más leve, me deja absolutamente a cero... Así que valoro tanto la tranquilidad, que no puedo entender que la gente pille esos rebotes por tonterías... Un buen síndrome de fatiga crónica les daba yo, ya verían lo necesario que es guardar la energía para las cosas importantes...
besos

MªValle dijo...

Estaba yo aquí dándole vueltas a una idea, pensando cómo traducirla a palabras, y mientras me venía la inspiración, he entrado a visitarte (como todos los días) y me encuentro con este post que es precisamente la idea que me estaba rondando, las ganas de bronca de algunas personas (ajenas o no), cómo se las apañan para darte donde saben que más te duele..., y llegar a la conclusión que soy libre para elegir. Ahora pensaré en comunicar esa decisión.
Un beso amiga, y gracias por expresar tan bien mis pensamientos que parece ser que estaban junto a los tuyos.

Gwynette dijo...

El que más grita no es el que más razón tiene, y lo sé, porque lo aguanté durante un tiempo, si :-(

Besitos Isabel

El búho rojo dijo...

Cierto es Isabel... nos comportamos como si la violencia nos cubriese de una razón que siempre es discutible. Cientos de razones para comentar, pero ninguna que lo justifique, si no la propia naturaleza humana que nos acompaña en esa parte animal e insititva que forma parte de nosotros mismos... digo yo.

Un beso

Anónimo dijo...

bienaventurados los que trabajan por la paz


amor

Gloria dijo...

Reprimir dolores lleva a la rabia, reprimir la rabia causa explosiones cotidianas, y mas represion y mas conflicto. Si nos vieramos por dentro y trataramos de ver al otro tanto como vemos el reloj, todo mejoraria. Un beso, Isabel, gracias por tus palabras en casa.

Nobska dijo...

Es tan cierto lo que expones.Creo que el ritmo tan apresurado que vivimos hoy dia, nos lleva a poner de lado todas aquellas verdaderas expresiones en las cuales canalizar y transformar tanta carga negativa que se acomula durante el dia. Cada dia y sin entenderlo, somos mas y mas los chivos expiatorios de otros conflictos no resueltos por parte de otras personas. Habra que ser mas asertivos sin llegar a ser ofensivos. Lo que si esta claro es que el ser humano tiene que aprender a comunicarse de forma efectiva y afectiva.
Un abrazo bien grande mi querida Isabel.

horabaixa dijo...

Hola,

Cierto. Totalmente cierto. (no quiero llevarte la contraria). Normalmente el educado, debe guardar siempre las formas ante personas enfurecidas. No hay nada que hacer con ellas.

El Post del contra - tiempo es fabuloso. Muy ocurrente.