Cuando el contenido de una botella llega a la mitad hay quienes prefieren verla medio llena o medio vacía.
A veces, me planteo el mismo interrogante cuando estoy frente a mí,ante el espejo.
¿Cómo me veo?...
¿Cómo me ven?...
Ante esta dicotomía raramente hay coincidencias; aunque también la opinión depende, por lo general, del grado de optimismo o pesimismo que se tenga.
Me temo que nuestra realidad dista mucho de ser percibida por los demás, incluso en demasiadas ocasiones por nosotros mismos; sobre todo porque somos, instintivamente, subjetivos.
Nos movemos a través de percepciones e impresiones siempre personales y formamos nuestros conceptos a través de ellas.
Así que nuestras opiniones siempre serán diversas y complejas; coincidir en algo con los demás es algo bastante relativo a menudo.
Pero, dado el caso, sí podemos llegar a confluir cuando nos sentimos lo suficientemente cercanos de pensamiento con otras personas, aunque no pensemos exactamente lo mismo.
Quizás, por todo esto, la opinión que tengan los demás sobre mí dejó de importarme hace bastante tiempo; ahora lo que verdaderamente me importa es lo que yo pienso de mí misma.
Si me siento llena o vacía, conforme o insatisfecha, motivada, insegura, capaz, decidida...
Esta es una cuestión a la que vengo dando vueltas hace tiempo: el hecho de que a una gran mayoría de personas le importe, en exceso, lo que piensen de ellos acaba, de alguna manera, modificando su conducta y condicionando su libertad.
Quizás tenga eso que ver con la necesidad que tenemos de sentirnos valorados y apoyados para mantener en forma nuestra autoestima.
Pero no creo que algo tan importante como nuestra propia estima y decisión deban dejarse en manos de los demás, sino decididamente en las propias.
Entonces,¿por qué dejamos que nos influya tanto lo que piensen de nosotros los demás?.
Pues, simplemente, porque no nos terminamos de creer que no hay nadie, mejor que nosotros mismos, para apoyarnos, para mirarnos frente al espejo y decirnos, cara a cara, todo lo que no nos dicen los demás.
Y esto quiere decir que si fuéramos sinceros con nosotros mismos y aprendiéramos a reconocer nuestra realidad,con sus virtudes y defectos,estaríamos en el camino correcto.
Quizás sea ésta la única manera de madurar y de ser capaces de manejarnos con la suficiente independencia de opinión como para llegar a sentirnos cómodos dentro de nuestra propia piel..
La próxima vez que te mires en el espejo no veas sólo una frágil botella, medio llena o medio vacía.
Disfruta del placentero aroma que exhala su contenido y cata, pausadamente, la calidad de cada sorbo.
Porque tú mismo eres fruto de la mejor de las cosechas.
Aprende a saborearte…
Imagen:seamgrvs
5 comentarios:
¿Sabes? El problema es que el único espejo del que disponemos es la visión que de nosotr@s tienen los demás.
Así que hace tiempo que decidí no mirarme al espejo y recordar la niña que fui.Ella es la única que sé que existe aunque yo me empeñe en esconderla.
Bss, hermanita.
Son tus palabras muy sensatas. Con el tiempo aprendes que la mejor valoración es la que haces tú de ti misma, la que más ha de influir en ti. Pero, aunque te aceptes con tus cosas buenas y menos buenas, ¿por qué sigue influyendo en tu ánimo el parecer de otras gentes? Lógico que te influya lo que digan o piensen tus allegados, amigos, parientes, pero, si te critica un desconocido o un conocido de casualidad, ¿por qué te molesta?
¿Nunca aprenderemos a prescindir de los halagos y las críticas? Habrá que seguir intentandolo.
Besitos
No,hermana,el problema es que el espejo de los demás es el que no debería importarnos,en realidad.
Además esa niña quedó atrás hace mucho, hoy eres una mujer;una nueva mujer si quieres.Un besazo. :-)
Cecilia,la verdad es que no podemos ignorar ni los halagos ,ni las críticas porque nos dejamos
afectar por ellas.Es evidente que deben ser una referencia para nosotros,pero nunca una limitación.Un abrazo y feliz viaje.
:-)Que disfrutes mucho y sea toda una experiencia para ti muy interesante.
.. ummmm que rico.. :-)
.. que razón tienes Isabel.. hay vinos tan buenos que dejan un retrogusto que permanece en el tiempo.. así intento saborear lo mejor de mi mismo..
. besos sabrosos para ti..
Thoti,estoy convencida que eres "un gran reserva",amigo.
Es un placer compartir tan fino "paladar".;-)
Un abrazo grande.
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