Estos días azules...

Tras la muerte de Antonio Machado su hermano José encontró, en uno de los bolsillos de su abrigo, un papel escrito a lápiz con un verso, que desde ese momento se reconoce como el último del poeta: “estos días azules y este sol de la infancia”.

Este verso me hace evocar también mis días de cielos azules e inmaculados, envueltos en esa luz especial que el sol me regalaba en algunos momentos de mi lejana infancia.

La luz y el color del cielo van ligados a nuestra memoria, como si fueran marcos especiales con los que adornar nuestras viejas fotografías, conservadas para nunca olvidar.

La luz de estos días nuevamente devuelve a mi memoria un pasado lleno de color.
Eran días que comenzaban con el madrugar del cuerpo y mis ganas a flor de piel, con el piar incansable de una multitud de pájaros que siempre despertaban más temprano que yo, días con aroma de frescas colonias que ponían el punto final a mi arreglo materno y mi impaciencia por salir a la calle.

Eran días de balcones engalanados, de procesiones y cantos, de romero y juncia; de comuniones festivas,de paseos por el parque y de palomas, de estrenos, de calcetines con zapatos de charol, de novedades,de diversión…

Eran días de soles con caras amarillas, pintados sobre papel cuadriculado y siempre luciendo una gran sonrisa.
Curiosamente nunca he podido recordar las nubes de aquellos días; quizás porque nada pudo nublar, ni aún nubla, la luz del sol de una infancia que, desde siempre, la recuerdo feliz.

Imagen:Julio Dominguez




Intérprete: Arturo Pareja Obregón - Sevilla