Pongo mi mano sobre mi pecho y siento tu latir acompasado en mi pulso; sé que estás ahí, prisionero entre mis pulmones, columnas vivas que te sustentan.
Quid pro quo, compañero de batalla; quid pro quo....
Tú me das vida mientras yo te aliento; emocionada taquicardia o lenta bradicardia mantengo mientras pienso - ilusa de mí- que soy tu dueña.
Mas tú marcas el ritmo, roja bomba de complejo circuito y delicada espoleta; no deseo que estalles sino de gozo.
No quiero el ritmo discordante de lo imprevisto, tan sólo las tranquilas y emocionadas sístoles y diástoles que reconfortan.
Tienes la cadencia de un péndulo incierto, ése que tantas veces olvido y del que, infructuosamente, quisiera adueñarme.
Ese compás del tiempo, ese mecánico tic-tac de sangre y vida que derramas en cada latido...
Eres el rey sin corona de tu reino coronario; dominas a tus súbditos a golpe de bombeo.
Marcas el paso a tu ejército de dispuestos guerreros, nervios y músculos, arterias y huesos, que batallan a vida o muerte junto al intrépido estratega que va en cabeza.
Escúchate…
Ahí sigues, dejándote la piel, como si te fuera la vida en ello…
Imagen: Brian Raszka
Intérprete: O Fortuna ( Carmina Burana) - Carl Off
3 comentarios:
¡Tremendo corazón! Cuántas palabras hermosas para describirlo. Un abrazo de corazón
jolines, casi sufro con latidos al unísono...
Todo lo que hace nuesro corazon, late y late y nos impulsa a seguir enterrandonos en este mundo de sensaciones y sentimientos.
Un beso desde MG
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