Me arrojó la cerveza caliente que aún quedaba en la botella, lanzándola después lo más lejos posible; como intentando emular a un discóbolo griego, sin darse cuenta que yo estaba allí.
Mi pequeño cuerpo quedó atrapado en el minúsculo charco.
Aún seguía viva, intentando liberar mis patas tras la repentina tromba; mis espiráculos se llenaban poco a poco con el desvaído líquido.
Mis antenas aún eran capaces de percibir vibraciones con las risas de los que se alejaban…
Después de unas horas todo quedó calcinado…
Imagen: Fondos de escritorio
3 comentarios:
Eso es estar cerca de la tierra.
Tremenda historia mínima.
Bsos.
Alucinante historia. me ha fascinado tu imaginación. solo puedo decir: Excelente!
Amigos,vosotros sí que sois excelentes... :-)
Besos para ambos y feliz fin de semana.
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