3 de octubre de 2009

El último tren

La vida es un billete de ida, sin devolución ni retorno; aunque no nos guste el trayecto.

Nunca comunican con anticipación qué clase de transporte nos corresponde, ni siquiera el número de asiento que ocuparemos en él; menos aún si tendremos compañero de viaje que nos haga más ameno el recorrido.

Es un extraño viaje de aventuras que nos abre las puertas hacia un destino incierto.

La felicidad no se regala, ni el sustento. Algunos viajan simplemente de pie, cansados y sin comodidades de ningún tipo, en el vagón de cola.

Otros llegan demasiado pronto al final de su destino, sin poder disfrutar de los paisajes y placeres que puede llegar a ofrecer una larga y provechosa travesía.
En verdad, nunca sabemos cuando es la hora justa de partida y llegada.

Todos comenzamos nuestro viaje ligeros de equipaje, aunque poco a poco cometemos el error de ir cargándolo más de lo permitido.
De paso,aprendemos que nunca es fácil dejar atrás, desprenderse,despedirse...

El mismo tren, el mismo destino; vagones de primera, de segunda, de tercera…
Siempre trazando rutas diferentes…
Viajeros desconocidos: cercanos, distantes, débiles o poderosos…
Privilegiados, miserables, necesarios, vacíos; únicos, amigos o enemigos…

Todos suben o bajan entre el trasiego de siluetas diversas que componen cada estación.
Trenes de largo recorrido, trenes de cercanías; trenes que pasan una sola vez y que, aún así, dejamos pasar de largo muchas veces por absurdas o diferentes razones…

A medida que el tiempo transcurre, ya con ese brillo especial que otorga a nuestros ojos la nostalgia, volvemos a mirar al andén como si tuviéramos la esperanza o la certeza de que, de un momento a otro, un nuevo tren fuera a aparecer para emprender una segunda oportunidad…




Intérprete: Pat Metheny Group - Last train home

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero mira que son bonitos los trenes, por mucho que no siempre nos lleven donde quisiéramos, por mucho que ns alejen de lo y los que queremos, por mucho que lleguen tarde o demasiado pronto..., pero son bonitos.

Besos.

Ligia dijo...

En el tren de la vida nos encontramos con mucha gente, y perdemos también muchas cosas, pero siempre nos queda un nuevo tren. Abrazos

Con tinta violeta dijo...

Wow, palabras justas para una metáfora hermosa. Me ha gustado "el brillo especial que otorga a nuestros ojos la nostalgia" y como expresas que nos agarramos a la vida con esperanzas o certezas de segundas oportunidades...
Felicidades Isabel.
Besos. Paloma.

Núria dijo...

Y sin embargo, el viaje en el tren nos permite ver tantas y tantas estaciones, y conocer a tanta gente... Lo importante es no dormirse en el camino, para no perderse ni una sola de esas estaciones y toda la gente que viaja a nuestro lado.

thoti dijo...

.. yo deseo que después del último tren podamos tener un viaje plácido y cumplir, de una vez por todas, todos nuestros sueños..

.. besos, amiga..

edmundo serna ruz dijo...

Mientras la esperanza se acicala, esperando en el andén, porqué no quedarse con aquellos primeros viajes.
Aventuras como de domingo, pueriles o preadolescentes con la nariz pegada a la ventanilla, para verlo todo y los soplillos alerta, para no perderse nada...
Lejanos trenes Carreta en el AVE del recuerdo.
-¿Que hay de nuevo?, veo que, acertadamente, no paras... perdona pero, creo oir el silbato del factor, tengo que irme...
(desde las escalerillas del tren ya en marcha)
- Gracias por todo, nos vemos por aquí!

Anónimo dijo...

Lo duro del asunto es cuando un buen día descubres que te has equivocado de tren y tienes que saltar casi en marcha, y te quedas con cara de tonta, aguardando sin demasiada esperanza a que pase otro...

Manolo Merino dijo...

buenas siempre las audiciones que propones. Te dejo algo de lo que últimamente me acompaña en mis viajes,... por si el trayecto es largo.

http://www.youtube.com/watch?v=9IUqN9ozmhw&feature=related

Feliz semana.