Fiel, como la cigüeña, llega la luz creciente de febrero.
Se viste la naturaleza de gala para su próxima cita.
Yo la observo con ojos tolerantes, como una madre que comprende la pasión adolescente que nunca se detiene ante nada.
La miro, tal vez, con nostalgia porque su juventud retorna cada primavera; mientras que la mía reposa plácidamente sobre las livianas alas de una mariposa que revolotea sobre los recuerdos.
Me gusta que la naturaleza me recuerde que debo vivir; mas mi conformidad va postergándolo continuamente…
Siempre me digo que a esta nueva cita no debo faltar; quiero llegar preparada, como novia de la vida.
Entonces, siento que mi corazón se acelera asintiendo nuevamente, esperanzado y feliz.
Después, y sólo después, soy consciente de que este compromiso no tiene anillo que lo selle, no hay testigos tampoco; simplemente fue un pacto llevado a cabo en la más estricta intimidad.
Sólo entre la vida y yo…
Sin embargo, cuando la noche cierra mis ojos, vuelven a mi memoria todas esas veces que, por mi indecisión, volví a dejar plantado al “novio” ante el altar…
Imagen: frescendine
Intérprete: Chet Baker - It could happen to you
3 comentarios:
Que texto tan emotivo y bien expresado, Isabel...
deberñiamos aprender de esta naturaleza que se reinventa constantemente, que se despoja de lo viejo y aparece renovado, fresco. Es verdad que a veces el cansancio o el deseo de lo conocido hace que dejemos plantado al novio...pero tiene remedio! ¡Vayamos a buscar de nuevo un traje marfil con encajes y una vara de orquídeas! (es una metáfora, claro)¿a que mujer no le gusta "lucir"?
Besos.
Paloma
Excelente elección musical una vez más, Isabel.
La naturaleza seguramente alargará la primavera lo suficiente para que acudas, al fin, a la cita.
Un saludo.
Muy bonito, mucho anhelo, sentimientos encontrados... no dejes al tiempo mandar sobre ti!
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