Si algo tiene Mayo que me gusta es la maravillosa sensación que me provoca el descorrer las cortinas de mi habitación cada mañana y llenarme con su luz especial.
Abrir las ventanas es como desplegar unas alas que se disponen a volar.
La vida se agita… La frenética actividad de los pájaros, la fecunda floración que tapiza jardines, macetas y campos equilibra la astenia primaveral que alienta mi estado alérgico.
Es difícil no dejar escapar mi pensamiento ante tal escenario; el mío siempre fue ave fugaz que gusta de la excitación que provoca el recuerdo…
Cuando miro se me escapan, de golpe, todas mis miradas contenidas…
Casi sin darme cuenta regreso hasta lugares conocidos, llevada por la brisa de la mañana acabo volviendo a los fados de las callejuelas lisboetas de Alfama; alegres "ruas" coronadas con ropas tendidas al viento, que se sumergen en las corrientes marinas que cruzan sus escalinatas.
Se me escapa también el pensamiento hasta un lluvioso y gris amanecer en la Mariña lucense; allí sólo se escucha el rumor del riachuelo que corre a los pies del pazo hasta el viejo molino, mientras la neblina juega al escondite con las delgadas copas de los árboles del cercano eucaliptal, regalando su penetrante y húmedo aroma al aire de la mañana y a mis sentidos.
Se me va el pensamiento, sin doma ni enganche que lo contenga; se va suelto de bridas en busca de una calurosa mañana que no ralentiza el paso en las calles parisinas; una ingente actividad se agita entre el ir y venir de transeúntes que cruzan sus avenidas para desaparecer, después, bajo los accesos del Metropolitano.
Un viejo acordeón se oye dentro del vagón, la tristeza suena en los subterráneos de Paris, corre la nostalgia por sus venas de hierro…
La música se detiene frente a los azulejos que indican Montparnasse, pero mi emoción sube a la superficie de la fascinación; bulle la ciudad, igual que bulle ahora ante mi ventana con diferentes colores y sonidos.…
Cada ciudad tiene sus propios sonidos, sus diferentes olores que la marcan para siempre, sus reflejos únicos que se acaban grabando en la memoria…
Como tantos atardeceres que se quedan atrapados en las pupilas, perennes acuarelas indelebles.
Así permanece en mi mirada el destello que se dispersa con la corriente serena del Adige, rodeando la verde colina que recibe el contraluz naranja del ocaso.
Como anaranjado, también, es el crepúsculo que se sumerge en el azul indescriptible del Tirreno, cuando el día se despide de las islas en la costa napolitana o en las orillas salinas y pedregosas de Trafalgar.
Y se va… Se me escapa el recuerdo tras la vida o quizás es mi vida la que se va con los recuerdos…
Pero aún necesito seguir abriendo las ventanas y respirarla, sentirla...
Saber que todo lo que vivo permanece conmigo y que puedo volver a vivirlo con sólo cerrar los ojos…
Que después de algún tiempo aún puedo volver a sentirlo dejando escapar mi recuerdo con la excitación de los días de mayo…
Imagen: Alejandra Mavroski
13 comentarios:
Y es que el mes de mayo es mágico para sacudirnos el letargo y despertar a la vida que se nos brinda por la ventana...y resucita todo los recuerdos, que nos han ido construyendo. Las vivencias son la estela que nos sigue mientras caminamos.
La música maravillosa.
Felicidades Isabel...Abrazos!!!
A mí Mayo no me emociona tanto como Septiembre: soy una siberiana hecha y derecha, así que prefiero el frío.
Pero enhorabuena por tu texto, cariñito.
Mucha luz.
Mayo despierta a la vida del sueño frío del invierno. Florece la luz tras las cortinas de esa habitación que dormía en la oscuridad de las regiones frías. El día se va lentamente de forma diferente en cada ciudad, en cada pueblo, en cada instante, pero renace de forma igualitaria el comienzo de una nueva etapa aunque ya haya sido vivida con el sabor añejo de los años.
Isabel, transmites aires nuevos de mayos vividos con la naturalidad y frescura de tus letras.
Enhorabuena sincera.
Un abrazo.
Estoy extasiada, disfrutando el poder conectarme con el verdadero amigo. Que siente, que da y que hace feliz a los demás.
Ya no estaré sola, estando tú.
Un abrazo
TU AMIGA
Y es que la vida, sigue saliendo a nuestro encuentro, entrando por la ventana de los soleados días de mayo, acariciada entre el sol, el recuerdo y los sueños...
No desdechemos la vida pasada, almacenemos los recuerdos y al tiempo... dejémonos sorprender por todo lo venidero que seguro seguirá sorprendiendonos...
y que conste, que me apunto
Un beso
La luz y la brisa de cada estación, tienen sus propios mensajes.
Tus textos siempre me sorprenden con su delicadeza.
Saludos
Una de las diferencias entre turista y viajero es que el primero se trae fotos suyas delante de monumentos para mostrar después donde ha estado, el segundo se trae recuerdos, vivencias. Yo tengo dos pequeñas colecciones: una de faros, la otra de arenas. Me las traigo de las playas por las que he paseado, son trocitos de ellas que se quedan para siempre conmigo.
Un saludo en la tarde de mayo.
P.D. Si te gusta Lisboa y esas callejuelas de la Alfama intenta ver una película en blanco y negro titulada La Ciudad Blanca.
Paloma,gracias; mayo me parece un mes especial;a pesar de mi alergia, que me condiciona bastante,pero para el pensamiento nunca hay limitaciones,amiga.
Es una ventaja jaja. Un abrazo.:-)
Espérame en Siberia, pues podría afirmar que mi mes favorito es septiembre también,quizás porque puedo disfrutarlo sin problemas alérgicos, entre otras cosas;pero mayo tiene una luz y una vida que no encuentro en ningún otro mes del año,creo yo,claro...
Gracias por tus palabras,feliz semana.:-)Besos.
Marisa, gracias por tu amabilidad,ojalá mayo esté resultando un mes positivo para ti,amiga.Un beso.
Anónimo,gracias y vuelve cuando quieras.Saludos allá por donde te encuentres.:-)
Pablo,ten por seguro que no me olvido de lo que vivo en el presente por recordar lo que he vivido antes,es más,esos recuerdos siempre me hacen valorar el presente con más intensidad; sé que casi instantáneamente se convierten en recuerdos que suman.
Un besote y me alegra que te apuntes a vivir,amigo.Feliz semana.:-)
Umma,me alegra saber de ti nuevamente;te agradezco palabras tan amables como son las tuyas. Es cierto,debo reconocer que me gusta la delicadeza,por eso va comigo siempre que las circunstancias lo permiten. Un fuerte abrazo,amiga.
Farero,debo reconocer que hago infinidad de fotografías en mis viajes,pero ninguna de ellas es importante al lado de las sensaciones y emociones que guardan mis sentidos y recuerdos.
Las fotos las puedo olvidar,lo vivido se queda almacenado y después ayuda a vivir más intensamente.
¿Te he dicho ya que me encantan los faros?...Es como una debilidad, siempre están en lugares privilegiados...Eso será...
¿Conservas alguno en tu recuerdo de manera especial?...
Te agradezco la sugerencia que me has hecho;me encanta el cine, así que en cuanto vea la película(ya estoy en ello) te comento,¿vale?
Gracias nuevamente por todo.Buena semana para ti.:-)
Isabel...¡qué bonito!
Para mí,las ventanas,siempre han sido los ojos de mi alma.
Al abrirlas siento que pertenezco al mundo y a la vida que me rodea.
Y me visto de otros momentos al contemplar el paisaje,que viniendo con frío o calor,siempre está atento a ser observado para con cualquier matiz,llevarme de la mano por los recuerdos...
Me ha encantado conocerte.
Gracias.
Besos.
Un placer viajar con tu relato a esos sitios describes
Se me escapa el recuerdo tras la vida o quizás es mi vida la que se va con los recuerdos…
Precioso. Sea como fuere, vivir para luego recordar.
Bss.
Mar
En mayo, incluso, empiezan a remitir las depresiones. Posiblemente entre el recuerdo de los viajes pasados y el de los cercanos, más el incremento de las horas de sol, más leer algún blog como el tuyo,... me acaban fastidiando la clientela, jaja.
Me resultan familiares algunos de esos colores y sonidos.
Un abrazo Isabel.
Marinel,te agradezco tus palabras llenas de delicadeza y amabilidad.
Cierto es que hay un mundo enorme ante nuestras ventanas, tras ellas también, que siempre nos espera, amiga.:-)
Un abrazo y es un gusto tenerte por este espacio.Hasta pronto.
Mar,a fin de cuentas "re -cordare" es volver a vivir...Además recordar cosas hermosas es pasar el tiempo de manera dulce...
Todo un placer que es siempre apetecible,más cuando el entorno se llena de luz y calidez.
Un beso y gracias por tus palabras,amiga.
Walden ,es cierto que la mayor cantidad de luz que recibimos influye en nuestro ánimo,los días se alargan...,sí; pero si no sabemos llenarlo con cosas interesantes y positivas también el aburrimiento,
junto con la apatía dejan un rastro desagradable.
Así que si este mes nos ayuda a ser un poco más equilibrados y sentirnos mejor,pues... ¡que viva mayo,amigo!
Pero que viva cerca jajaja.
Gracias por ese saludable y agudo sentido del humor que tienes,todo un lujo para el lunes ;-)
Buena semana...
Es cierto que uno espera con ansiedad cada año ese momento de descorrer cortinas y abrir ventanas, dejar que la habitación y la casa se inunde de luz, sol, color, olores, suave brisa....y aspirar profundamente y que penetre todo eso hasta el alma, es una renovación total...como cerrar los ojos y aspirar y revivir la sensación de tantos lugares, personas, momentos...cuando los vuelves abrir eres otra, nueva, renovada, feliz, con una sensación de bienestar tan grata....y te das cuenta que todo eso está ahí, dentro de nosotros y que podemos volver cuantas veces queramos....y que la vida tiene cosas muy hermosas, preciosas, hay que valorarlas y disfratarlas, ser agradecidos con ella por tanto.....no nos hace falta más, todo lo llevamos dentro....
un beso amiga.
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