10 de junio de 2010

Obra maestra

El día gris se presta al juego caprichoso del viento.
Los jardines permanecen solitarios; no hay algarabía de niños ni tampoco serenos paseantes.

Mi mirada se pierde entre la fresca hierba y las danzantes ramas de las acacias que me rodean.
De repente sucede el milagro…

Una ráfaga de viento sumerge las ramas en una violenta marejada que hace zozobrar sus floraciones.
En ese instante me veo sumergida en una lluvia suave de copos amarillos que caen con elegancia sobre mi cabeza…

Nieve dorada que se deshiela de los frondosos árboles, derramando su belleza gota a gota…

La hierba parece un azafranado lienzo ,de improvisado puntillismo, pintado por las manos virtuosas del viento.

Una obra maestra sin auditorio, sin vítores ni aplausos…
Como todas las obras de la naturaleza…
Una representación privada, sólo para mis ojos…

5 comentarios:

Marisa dijo...

Una verdadera obra maestra es la que has hecho tú del otoño.
Muy hermoso.
Un saludo

Con tinta violeta dijo...

Maravillosa descripción de un instante mágico...Tal y como lo describes se puede contemplar la escena como si de una fotografía se tratase.
Genial!
Abrazos!!!

Rodolfo Serrano dijo...

Un placer encontrarte

Umma1 dijo...

Muy bonita escena, la verdad.

El búho rojo dijo...

Puedes sentirte especial por haber contemplado algo tan mágico y por haberlo transmitido con tanta belleza...

Un beso