23 de marzo de 2011

Atavismo

Heredé sin firmas ni papeles… Con total discreción.
Una herencia llena de compromiso y obligada responsabilidad: conservar un patrimonio único.
Nadie me explicó nada… Atávica intuición...
Antes de hacerme cargo tenía que estar preparada;debía tomar conciencia de lo que significaba asumir tan valioso legado.

Sellado con un pacto de silencio, era necesario pensar antes de actuar, antes de tomar decisiones…

¿Qué podía hacer ante lo que se avecinaba…?
El peso de la responsabilidad caía sobre mis hombros, sobre mis pies y mis manos, sobre mi conciencia…

Flotaba en el aire que respiraba, sobre la tierra que pisaba, en las olas del océano azul que aún deseaba contemplar…
Poco a poco me convertí en centinela de un soplo de aire, del minúsculo puñado de tierra, de la brizna de hierba; incluso de un pequeño cuenco de agua…
Ése era mi pacto…

Debía dar continuidad a mi legado: hacer que todos respirasen el aire limpio, que dejaran sus huellas sobre la virgen tierra sin dañarla, que no contaminaran el agua cristalina que cada día nos fertiliza,que protegieran los selváticos bosques...

Ése era, y aún es, mi derecho y mi obligación.
Hoy soy consciente de la herencia que, antes, otros nos dejaron...
La misma herencia de todos y cada uno de nosotros: nuestro ancestral compromiso de seguir conservando hoy para mañana…




Imagen: m0thyyku

2 comentarios:

Ligia dijo...

Un compromiso que ojalá todos cumpliéramos, para los que vienen detrás. Abrazos

Isabel dijo...

"Si supiera que el mundo se acaba mañana yo, hoy, todavía plantaría un árbol"; eso decía M. Luther King,amiga...
A eso le llamo yo "sabiduria". :-)
Gracías por aportar tus palabras.
Un beso,Ligia.