10 de diciembre de 2007

El pececito feliz

No era fácil tener habilidad dentro de aquella pecera, pero él se había especializado en giros rápidos, se desplazaba con suma rapidez de un lado a otro por aquel esférico recinto; aunque a veces, para variar, se daba una vuelta lenta, mientras rozaba con su pequeña boca la frialdad del cristal.

Lo único que podía observar desde allí estaba distorsionado y distante, pero nunca le importó. Nada existía para él que no fuera circular; todo su mundo consistía en una pequeña esfera de aire, cielo y agua, pero él era feliz mirando cada día su lineal horizonte circundante mientras recibía, puntualmente, su alimento .

Nada en toda su vida había alterado su manera de sentir y vivir; él siempre vivió tan cómodo, tan feliz, tan ignorante…

Hasta que un día, sin saber cómo, todo fue diferente; el olor era distinto y atractivo, el sonido era un vaivén constante que le atraía poderosamente y su horizonte se había vuelto, repentinamente, de un color azul tan intenso que no pudo contener sus ansias de empujar el cristal una y otra vez.

Desde ese momento sólo una idea rondaba por su cabeza: el deseo irreprimible de escapar de allí cuanto antes.
Lástima que nunca llegó a darse cuenta que, desde ese mismo instante, había dejado de ser feliz…

15 comentarios:

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

Es lo que yo comentaba un día en un post, “... y llega la vida soñada y va... y no te gusta”.

Cuando consigues la meta, lo que pensabas que era el paraíso, tu mundo soñado, deja de gustarte, no era tan perfecto.

Siempre aprendiendo.

Besos

El búho rojo dijo...

"ojos que no ven, corazón que no siente"

Algunas veces, el desconocimiento nos da la felicidad...

Hay quien desea ACAPARAR COSAS pensando que puede ser más feliz... Hay quien por el contrario, decide DARLO TODO (incluso su tiempo y su vida) para ser feliz...

meravigliosa canzione Isabel...

Temo que nuestra pequeña mesa camilla se quedó demasiado pequeña... espero que no le ocurra lo mismo a nuestro mundo

Un beso

Unknown dijo...

A veces nos cambian nuestro habitat y dejamos de ser nosotros. Sobre todo si no nos preguntan antes...
un beso

Mandarina azul dijo...

Pobre pececillo, Isabel... con lo hermosa que es la vida es una esfera con curvas perfectas... Claro que, por otro lado, vivir en la ignorancia... no sé. Como decís Búho y tú: esto es tema de mesa camilla, ¡ya lo creo!

:)

poca luz dijo...

...esa hermosísima música es capaz de transportarme a un lugar que siento muy cercano, muy mío.

Si me dieran a elegir entre el pez feliz o el pez curioso, inquieto pero insatisfecho

...



Un beso enorme.

José Luis dijo...

Isabel, eso mismo es el ser humano dentro de la Tierra con respecto al universo.
Es una cuestión de magnitud, pero todos estamos condenados a una u otra pecera.

Por cierto, te he traducido algo que está tendido en mi azotea... :-)

LlunA dijo...

hay que soñar...y hay que vivir. tenemos que disfrutar del ahora, o sea del siempre.

Que lo de menos es lo más importante, y lo más importante lo de menos...

Un besote esférico!

Carmen dijo...

tantas veces pensé que la felicidad estaba en no ver demasiado... pero es que para vivir, para bien-vivir necesito soñar, con los ojos abiertos de par en par...

la felicidad vuelve, y se va, y vuelve... como olas marinas.

Bonito texto, guapa

José Luis dijo...

La felicidad no existe, Carmen. Es un lema tan tramposo como Libertad.
La alegría sí existe y es palpable. Tiene sabor, olor, textura...

Gloria dijo...

Que sabio esto, amiga Isabel. Si supieras cuanto me llega. Besos.

Isabel dijo...

Candela,siempre aprendemos,con todo y de todos.Un beso,amiga.

Pablo,es cierto que a veces la ignorancia nos aporta cierta despreocupación,por lo tanto nos sentimos más felices;sólo hay que pensar en ser como niños entonces,pero ya no podemos volver atrás.¿Para qué queremos mesa de camilla con toda la ancha web que tenemos?jaja.Ahi cabemos todos,amigo mio.Un besote.

Angeles,la verdad es que mucha de nuestra felicidad depende de nuestra propia capacidad de adaptación y, sobre todo,en reconocer que todos tenemos nuestros límites.Espero que tu "equipaje" se haya aligerado y no te pese,amiga,hay que aprender a ser flexibles para que los malos vientos no nos tumben.Un gran beso.

Manda,entre ser feliz "a pesar de" o la felicidad que aporta el tener cierto grado de ignorancia,¿qué eligirías?Creo que ambas optaríamos por ser felices igualmente... ;-)Besitos.

Rocio,todo tiene su importancia,evidentemente,pero en lo mucho o en lo poco definimos nuestra felicidad,pocos se conforman con lo que tienen...Un beso.

Carmen,la felicidad no es un estado continuo,sino que nos llega a ratos, como bien dices, como las olas....Me gusta tu punto de vista,amiga.Besos.

Bea,a veces las inquietudes nos hacen más felices que el sosiego,tal vez porque nos sentimos más vivos,quizás...
Besitos.

Jose Luís,pues mira por donde lo que yo llevo fatal es eso de estar condenada,se mire por donde se mire...No nos dejan muchas opciones,en fin...Gracias por tu traducción,eh,un detallazo.;-)

Isabel dijo...

Gloria,creo que cada cual hace suya la historia y saca sus propias conclusiones...Esa es una de nuestras libertades,todavía,por suerte...Pensar como queramos.:-)Un abrazo,amiga.

Nobska dijo...

Lo que se hace ritual nos estanca. No hay que tenerle miedo a la explorar y aventurarse, no solo para entender el mundo que nos rodea, sino a nosotros mismos también. Te envío un abrazo cruzando el océano.

Isabel dijo...

Anna,mi abrazo dió casi toda la vuelta al mundo hasta encontrarte, amiga;gracias por ser como eres, siempre muy entrañable.Un besote.

ahhh dijo...

la felicidad de la ignorancia o del no desear nada, apetecible estado cuando se ha descubierto que allá fuera está el mar esperándonos, tan distante, tan inalcanzable...