Sacó la maleta que tenia guardada desde su último viaje, y comenzó a colocar su vida dentro de ella.Colocó primero su amor, que era lo más grande que tenía, después sus delicados recuerdos; poco a poco fue entremetiendo entre los huecos esos instantes de felicidad compartida que había disfrutado en tantas ocasiones con él.
No olvidó guardar toda la paciencia que había derrochado en estos últimos años, incluso aunque tuviera que agradecerle el haberla convertido en toda una experta.
Recogió todos sus enseres más preciados, y dejó en el armario todo lo que le recordaba que alguna vez había compartido con él su vida.
Miró la habitación lentamente, para poder reconocer que nada que le perteneciera iba a quedarse allí olvidado.
Pero, entonces, con la maleta abierta encima de la cama, comprendió que había una cosa que nunca podría llevarse de allí,el tiempo que había desperdiciado con él.
Después cerró con tristeza la maleta y abandonó ese hogar. Dentro se quedaba guardado su pasado mientras ella volvia nuevamente a casa.
3 comentarios:
Ese tiempo desperdiciado mejor no preocuparse de el, porque por mucho que se intente no cabe en ninguna parte, y creo que es mejor así, para que sólo nos llevemos lo bonito de las historias y podamos dejar atrás los recuerdos que nos duelan.
A veces creo que somos como un caracol, que podríamos llevar nuestra casa a cuestas si nos lo propusiéramos. Nos apegamos a tanto, y a veces necesitamos tan poco.
Un beso, Isabel.
yo tb llevo mi maleta, pero para encontrar mi hueco en el mundo.
Un beso Isabel y Feliz Navidad.
...comprendió que había una cosa que nunca podría llevarse de allí,el tiempo que había desperdiciado con él.
De verdad pienso que no existe tiempo desperdiciado, ni invertido, ni malgastado... en la relación ente dos personas. No es que no quepa en una maleta, es que si existe, mejor guardarlo en tarritos de razón, para no repetir los mismos errores.
En la maleta, ya lo escribes: todo lo mejor, incluso el firmware necesario para la actualización del amor.
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