23 de junio de 2008

Puertas al viento

Demasiadas veces siento mi alma desgarrada, como las ropas atrapadas entre las altas vallas que limitan la desesperación.
Demasiadas veces veo hombres ateridos de frío, que apenas se mantienen en pie; desnutridos, deshidratados, desesperados y desesperanzados.
Demasiados intentos, demasiados fracasos; implacables remedios.
Soñadores de la utopía del bienestar, viajeros sin equipaje, sin vuelos directos ni electrónicos billetes.
Cargan con la misma ilusión que acaba por hundirles.
Me lastiman sus ojos de ignorancia, me duelen sus pies helados y entumecidos, sus gélidos temblores de frías y mojadas madrugadas.

Me oprimen sus brazos con hijos, sus silencios resignados, sus vientres hinchados de nuevas esperanzas.
Me callan sus profundas miradas en blanco y negro, sus grandes y finas manos desperdiciadas; me torturan sus futuros marginados, sus orígenes abandonados.
Me rebelan los precios que pagaron, los años que sudaron, los muertos en balde, los ahogados.

Me asfixia su encierro amontonado, su retorno a ninguna parte, su vuelta a empezar de nada.
Demasiadas veces, demasiadas…
Mañana volveré a contar lo mismo, y pasado; pero no habrá cambiado nada.
Quizás son demasiados los años, los naufragios, las vidas repatriadas.
Ninguna frontera, ni ley, ni valla va a conseguir alejar los sueños, las miserias ni la dignidad humana.

Imagen: Bernardo Pérez


17 comentarios:

dijo...

Es demasiado lo qu evemos, lo que desde afuera podemos ver... y el miedo y la desesperanza crecen por la impotencia. Pero si todos ponemos un granito de arena... auqnue suene utópico las cosas cambiarán...
por lo menos eso espero con todo el corazón...
mil besos

Gloria dijo...

Bravo! Soy una inmigrante y me ha conmovido mucho tu texto. Muy cierto y responsable. Me impacto eso de cargar con la misma ilusion que nos hunde. Un abrazo.

Anónimo dijo...

y sin embargo en otra circunstancia unos brazos con hijos alegran más que pesan

beso

Anónimo dijo...

Las alambradas dan la medida de nuestro miedo. También de nuestro egoísmo. Las alambradas son la frontera que se ve, la que avergüenza.
Cuánta tristeza.
Cuánta injusticia.

Camille Stein dijo...

no hay viento que pueda ser atrapado, ni ley que imponga diques al mar de los sueños...

un beso

El búho rojo dijo...

Es ley de vida... sólo la muerte contendrá la lucha por sobrevivir...

Genial entrada Isabel... contagia.

Un beso

GlamToday VideoTop dijo...

LO QUE HAS DICHO ES IMPACTANTEMENTE SERIO¡

YO SIGO CON MIS ILUSIONES¡¡

NO TENGO OTRA COSA ;)

Ligia dijo...

Hermosas palabras para una situación tan dolorosa, que aquí sentimos en carne viva. Un abrazo

juan rafael dijo...

Una valla siempre expresa egoismo, pocas veces seguridad.

Anónimo dijo...

Aunque sea tiempo de silencio, no hay un sólo día que no me pasee por tus palabras. Enlazada al blog de mi mente y de mi corazón, me dejas impresionada y admirada entre tanta belleza... Siempre serás Isabellísima

Emig dijo...

Más real que cualquier noticia que intente relatar algo idéntico. La fuerza de tus palabras desborda y acerca el pensamiento a la imaginación, curiosamente de la realidad. A veces me pregunto si lo que sabemos de la verdad es mejor imaginarlo, escribirlo como tú haces, que verlo plasmado en habituales lugares. Desgraciadamente la imaginación se queda corta...
Supongo que un granito de arena con efecto a semilla sería vivir desde donde estamos lo más cerca de la realidad mediante valores de humildad y desapego hacia todo lo que se vende como necesidad, para no potenciar con nuestros actos el malestar y la explotación de tres cuartas partes del mundo.
Un abrazo. Encantado de leer tu voz escrita.

Anónimo dijo...

… ojos
… miradas
… vacíos
… esperanzas
… sueños
… anhelos
… lágrimas
… silencios cómplices y silencios eternos
… gritos mudos y manos alzadas
… números que viajan… vale más un ganado…
… números que se registran… números que se borran
… son (somos) números en este gran campo de concentración de reservas humanas
… son (somos) números en el gran laboratorio de pruebas
… un espejo es tu texto
… un fuerte abrazo

Un Numero…

Unknown dijo...

Agradezco tu poema pues que lejos estamos de una solidaridad real, de ayudar a nuestro prójimo mas allá de nuestra familia,mas allá de nuestro trabajo... ayudar al que lo necesita, volver a escuchar ese mensaje de que los hombres somos todos hermanos.

Un besazo

Manolo Merino dijo...

Mientras existan alambradas, la igualdad siempre será una asignatura pendiente.

oooxxx.

GlamToday VideoTop dijo...

:)

PASE A SALUDAR

horabaixa dijo...

Hola,

Muy bonito. Impresionante texto.

En el fondo todos buscan "el paraiso".

Bien por Victo Jara.

Te leo

josé lopez romero dijo...

Hola Isabel,y gracias por encontrarme en tus palabras,en tu valentía que no es poca cuando en esta realidad no abundan los denunciantes, a contramano de la hipocresía que tiene su levante en el libre mercado de la insensibilidad, ojala tuviéramos titulares en los medios que compran los que mienten a la vida,a sus semejantes detrás de sus sonrisas satisfechas.