17 de diciembre de 2008

Absurdo



Acantos labrados,
cual corintios capiteles,
cincelan nuestros sueños.

Mas rotos y esparcidos,
como ruinas derruidas,
amanecen.



Frágil arquitectura,
sin marmóreas columnas
que la sustenten.

Pasajera quimera,
que la noche cimenta
y el alba, al cabo, nos derriba.





Imagen: AsariStock

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si lo que quieres decir es que todo, hasta lo más suntuosa, acaba deslucido por el tiempo, estoy por darte la razón. Pero hay cosas que no tienen materialidad que no desaparecen con el tiempo.

Isabel dijo...

Bueno,Cecilia,también podría ser otra lectura la que reflejas;pero yo me estoy refiriendo ,en concreto,a la absurda fragilidad de los sueños rotos;aunque sean,a la vez,tan necesarios...
Tus comentarios siempre son interesantes,amiga.Gracias y un beso.

josef dijo...

No somos nada. El tiempo nos devora y nos fulmina. Hay añoranza y desencanto en un poema precioso! Felicitaciones Isabel.

Isabel dijo...

Moderato,somos seres con vida,con sentimientos,con sueños que muchas veces se nos rompen y nos dejan abatidos...
Somos quimera y realidad...
Gracias por tus palabras,amigo.:-)