3 de enero de 2009

Música, tolerancia y concordia

En la mañana del primer día del año, como es costumbre desde el año 1939, en Viena se celebra el concierto de Año Nuevo, interpretado por la Orquesta Filarmónica de Viena y dirigido cada uno de ellos, a lo largo de todos estos años, por los mejores directores del mundo.

Es un concierto que se emite en directo por tv para diferentes canales de una gran diversidad de países.
Siempre que tengo ocasión intento escucharlo y verlo, evidentemente.

Este año ha estado magistralmente dirigido por el director y pianista Daniel Barenboim; el cual, aunque parezca algo increíble, tiene ciudadanía israelita y palestina.
Dicho director fundó, junto al filósofo palestino-estadounidense Edward Said, en 1999, la Orquesta West-Eastern Divan.

Cada verano se dan cita en Sevilla jóvenes músicos israelitas y árabes para participar juntos en un taller formativo y, con posterioridad, hacer una gira de conciertos; dando ejemplo con sus ideas basadas en la paz y la tolerancia.

En el año 2004 se creó la Fundación Barenboim-Said, con sede también en Sevilla y financiada por la Junta de Andalucía, con la finalidad de desarrollar proyectos educativos a través de la música,basados en los principios de convivencia y diálogo promulgados por Said y Barenboim.

De este modo se están llevando a cabo proyectos como la Academia de estudios orquestales de Sevilla, el Proyecto de Educación Musical en Oriente Medio y el Proyecto de Educación Musical Infantil en Sevilla.

Este año, durante el concierto de Año Nuevo su director, Daniel Barenboim, ha vuelto a demostrar su sensatez al hacer un nuevo llamamiento por la paz entre israelitas y palestinos desde el mismo escenario.

Está claro que la música sirve para unir; y no sólo acordes y notas para que suenen afinadas después en una melodía, sino también la tolerancia y la concordia que promueven, por suerte, algunas personas.

Durante la retransmisión del concierto se pueden disfrutar algunas bellas imágenes de paisajes naturales austriacos que la televisión va intercalando, mientras en la sala se desarrolla el concierto.
Pero este año hubo una imagen que llamó mi atención, y no fue precisamente por la belleza austriaca.

Todos los contrabajos que tocaban en la orquesta tenían un aspecto impecable, menos uno de ellos,que presentaba un acabado mucho más envejecido y estropeado.
A pesar de que no lucía como los otros, era evidente que sonaba perfectamente afinado.

Eso me hizo pensar también en las personas; puede que no todas tengan un aspecto impecable, joven o cuidado pero, al igual que este contrabajo, si las ideas están bien “afinadas” es evidente que todo lo que se dice suena afinado y acorde con lo que se hace.
Quizás es que nos está haciendo falta aprender, o al menos escuchar, mucha más música; para que se apacigüe nuestra forma de pensar y actuar.
El caso de Daniel Barenboim es un claro ejemplo...


Imagen:Periódico El Mundo



9 comentarios:

memoria dijo...

Procuro no perderme nunca ese concierto. ¡Qué buena la marcha Radetzky que tienes de fondo! Y qué sentidas palabras las de Barenboim durante todo el acto. Este año fue diferente, divertido, repleto de anécdotas y guiños que nos harán recordarlo por mucho tiempo.

Un beso de año nuevo y muchísimas gracias por todos tus buenos deseos. Te respondo en breve, no te vas a librar.

semifusa dijo...

Pero qué gustazo es siempre leerte, Isabel...
Tu particular "música" a mí siempre me da paz.

:) Besos.

Ligia dijo...

Yo sigo ese concierto desde hace muchísimos años por televisión y me gusta mucho la música de los Strauss.
Aparte, este año Daniel Barenboim lo hizo muy ameno. Abrazos

CarmenS dijo...

Es importante para todos que un hombre tan afamado hable de la paz, luche por ella y una en su orquesta ciudadanos de países cuyos gobiernos se hacen la guerra. Buen papel el de Barenboim, además la música es un lenguaje que, de escucharse con atención, domaría a las fieras que algunos individuos llevan dentro de sí y provoca tanto dolor como el que se padece en la tierra de la que este director procede.

Gwynette dijo...

Que momentos tan amargos y contradictorios debe pasar con la doble nacionalidad. :-(..Barenboim, debe tener en este momento el corazón
roto -yo también-

Besitos, Isabel

Manolo Merino dijo...

Pues eso, salud, buen rollito y ganas de comer.
Y que no pare la música.

http://es.youtube.com/watch?v=oZmP8ZZJj4M&feature=related

oooxxx.

LlunA dijo...

Estuve una semanita fuera y no he podido pasarme por aquí. Quería desearte un feliz año nuevo!!
Un besote grande

Rocio

Déjame que te cuente dijo...

Lamentable espectáculo bélico entre israelitas y palestinos al que estamos asistiendo y cuyas consecuencias serán catastróficas.

Lo del corredor humano durante tres horas( para después seguir matando) refleja en sinsentido de los seres humanos.

Parece ser que no aprendemos, y, una y otra vez, cometemos los mismos errores.

Brindo por personas como este director, que nos hacen la vida más comprensible, además de deleitarnos con la magia de su batuta.

Y brindo por tí y tu blog.
Feliz año, al calor de la lumbre

El búho rojo dijo...

También yo me fijé en que los atriles que sujetaban las partituras estaban, en tono discordante, radiantemente envejecidos con el resto del cuadro impecable del teatro, y sin embargo, no pude dejar de pensar cuantos años hemos disfrutado de las notas de la familia Strauss

Tal vez también aquí, la experiencia es algo que debe tenerse en cuenta... aunque parece que nos cuesta mucho aprender de ella...

Un beso querida amiga