una habitación sin salida;
sin huésped que se aloje
en tu silencioso refugio.
Cautiva en la infranqueable
cárcel de tus labios;
esperas, inútilmente, la truncada
lujuria de la noche.
Amor arañado de espinas;
te bebes, sorbo a sorbo,
la sangre de tu herida.
Ese pozo sin fondo
que abastece de tristeza
la patética sonrisa
que derrama tu boca.
Alimento para quien no merece
la fértil labranza
que tu pecho ofrece;
con abrupto gesto,
de cicuta envenenado,
te arrastras impasible
tras tu ceñida frente.
Rosa, opaca rosa,
tras un fanal protegida;
a cubierto de las manos
que siempre te deshojan.
Buscando lo perdido
entre la soledad
del tiempo, los castaños y
los renglones torcidos.
Esperas, porque esperas,
que no te rompa el rayo;
que germine la esperanza
que la mañana esconde:
que no tiemble tu voz,
ahora que la escuchas.
Mas habitas al lado
de la sombra que te oculta,
como si en la vida sólo sombra
te bastara….
Pero tú necesitas aire, agua,
luz, espacio…
Tanto como los árboles…
Que siempre crecen
cuando podan sus ramas…
Imagen:Yeil
8 comentarios:
Un poema lleno de recovecos cerrados. Oprimente y elegante.
UN saludo.
hermoso, profundo, sabe a poco, voy a leerlo otra vez...
Los árboles no solamente crecen cuando se le podan las ramas, sino que suelen hacerlo mejor. Ojalá pudiésemos podar ramas del árbol de nuestra vida.
Un abrazo.
crece tú también...pero no te dejes pinchar por sus espinas. pero es dificil si te cautiva con la carcel de sus labios....Precioso!!! un saludo!
Querida amiga, tus escritos cada vez tienen mayor intesidad y profundidad... poesía de rebosa en fondos negros...
como duele leerte, un laberinto de emociones que arañan, pinchan, pero se que muy adentro, hay un sonrisa que pronto aflorara..
besos
Blue
Estamos condenados a crecer, sí.
Qué soledad más curiosa, aislarse al lado de otros.
Un abrazo.
duele, desgarra, una tristeza implacable que encierra, pone cercos....pero amar es crecer, como las ramas de los árboles, de lo contrario termina ahogado, muerto....
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