
Menos seres amados, menos tiempo, menos espacio, menos objetivos, menos dinero, menos oportunidades, menos palabras, menos alegrías, menos consumo, menos vida...
Sin embargo, paradójicamente, nos lleva toda una vida reconocer y valorar lo que es verdaderamente importante.
Es cierto,no es más feliz quien más tiene en la vida ,sino quien antes aprende a reconocer lo que realmente debe importar para vivir.
Y lo necesario no es lo más importante,no lo confundan...
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